Washington. Estados Unidos eliminó un importante canal para el lavado de dinero y la evasión de impuestos mediante una nueva ley que ahora requiere que se revelen los nombres de los propietarios de empresas fantasmas, ampliamente utilizadas para ocultar al fisco miles de millones de dólares.
La denominada Ley de Transparencia Corporativa fue incluida en el proyecto de ley de asignaciones para la defensa de Estados Unidos aprobado por el Congreso el pasado viernes, saltando el veto del presidente Donald Trump.
“Éste es el paso más importante que podíamos dar para proteger mejor nuestro sistema financiero del abuso”, subrayó Ian Gary, director ejecutivo de la Coalición FACT, que presionó por la aprobación de la normativa.
Los propietarios de compañías fachada deben, de acuerdo con esta legislación, dar su identidad a la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), una agencia del Departamento del Tesoro.
“Durante años, los expertos clasificaron rutinariamente a las empresas fantasmas anónimas (...) como la mayor debilidad en nuestras salvaguardas contra el lavado de dinero”, indicó Gary.
Resguardan datos
Sólo el Departamento del Tesoro y la policía tendrán acceso a esta información, por lo que siempre estará protegida del público en general. Pero para los defensores de la transparencia, éste ya es un gran paso adelante contra la corrupción, el crimen organizado y la evasión fiscal. Si bien se ha prestado mucha atención a paraísos fiscales como Panamá o las Islas Caimán, los expertos argumentan que el tamaño de la economía estadunidense y, por lo tanto, su capacidad para absorber miles de millones de dólares de manera relativamente desapercibida, se hizo un elemento central para transformar los fondos ilícitos en dinero limpio.
A principios de 2020, la organización Tax Justice Network clasificó a las Islas Caimán y Estados Unidos como los campeones en permitir el ocultamiento de las finanzas de los ojos de la ley y la recaudación de impuestos.
Naciones Unidas calcula que cada año se blanquean entre 800 mil millones y 2 billones de dólares mediante el sistema financiero mundial.