Información recopilada por los órganos de inteligencia del gobierno mexicano refieren que Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del cártel de Guadalajara, trabaja en coordinación con el cártel de Juárez y su brazo armado –identificado como La Línea– para apoderarse de zonas de Sonora que están bajo el control de Gente Nueva, una célula del cártel de Sinaloa.
Funcionarios federales señalaron que Caro Quintero, considerado uno de los principales fugitivos de la justicia estadunidense por haber participado en 1985 en el asesinato de Enrique Camarena Salazar, un elemento de la agencia antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), y que fue liberado por autoridades mexicanas en agosto de 2013, se alió con Ismael El Mayo Zambada.
Los datos indican que Caro Quintero ha aprovechado las disputas internas que vive el cártel de Sinaloa para establecerse en Caborca, un municipio sonorense que conecta con Estados Unidos y que se considera una frontera importante tanto para el trasiego de armas y droga como para el traslado de ganancias por la venta de narcóticos en ese país.
El Mayo Zambada formó parte del viejo cártel de Guadalajara y también del cártel de Juárez cuando era dirigido por Amado Carrillo Fuentes (fallecido en 1997) y después de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, en enero de 2001, se unió al cártel de Sinaloa hasta convertirse en el principal líder de esa organización, señalaron los entrevistados.
De acuerdo con la información recabada por el gobierno mexicano, en ese contexto se cometió en Caborca el asesinato de Ignacio Nacho Páez Soto, identificado como operador de El Chapo Guzmán en Sonora.
El sábado 26 de diciembre, hombres armados arribaron a las 13 horas al estacionamiento de una tienda de conveniencia ubicada en la colonia Centro de Caborca y abrieron fuego contra Páez Soto.
Presuntamente, Caro Quintero dirige el llamado cártel de Caborca y ha fortalecido sus operaciones financieras con células que operan acciones de lavado de dinero en Jalisco y Chihuahua.
Actualmente, el viejo narcotraficante –quien fue detenido en 1985 en Costa Rica, luego de huir de México por el asesinato del agente de la DEA– litiga juicios de amparo para que en caso de ser aprehendido, el gobierno mexicano no lo entregue en extradición a Estados Unidos.