Madrid. Madrid y Londres llegaron a un "principio de acuerdo" sobre Gibraltar, que permitirá mantener la libertad de movimiento en la frontera entre España y el enclave británico ubicado en el sur de la península ibérica, anunció este jueves la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
El pequeño territorio británico se insertará en la zona Schengen de libre circulación de personas integrada por 26 Estados europeos, detalló González Laya.
El acuerdo se alcanzó pocas horas antes de la entrada en vigor del Brexit, este jueves a medianoche (23 horas GMT), y evita así que el límite entre Gibraltar y España se transforme a partir del viernes en la única frontera "dura" entre el Reino Unido y la UE.
"Con esto se levanta la verja, se aplica Schengen a Gibraltar con España", lo que "permite suprimir los controles" entre el enclave británico y España, se congratuló González Laya en rueda de prensa.
"Hemos alcanzado un principio de acuerdo con el Reino unido que servirá como cimiento de un futuro tratado entre la Unión Europea y el Reino Unido relativo a Gibraltar", prosiguió.
En sus palabras, la ministra se refirió especialmente a los gibraltareños y los habitantes de la zona fronteriza en España, "que temían los efectos de un Brexit duro, y que hoy pueden respirar aliviados".
El principio de acuerdo "nos permitirá eliminar barreras y avanzar hacia una zona de prosperidad compartida", tuiteó el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, agregando: "Firmeza en los principios, progreso para la ciudadanía".
Desde que se alcanzara el acuerdo postbrexit el 24 de diciembre entre Londres y Bruselas, que no se aplica a Gibraltar, España y Reino Unido negociaban contrarreloj para evitar una frontera dura, que supondría controles de pasaporte para las personas y obstáculos aduaneros para los bienes.
Unas 15 mil personas, en su gran mayoría españoles, cruzan la frontera todos los días para ir a trabajar en el próspero enclave británico situado en la embocadura del mar Mediterráneo.
Para limitar el eventual impacto si las negociaciones no rendían frutos, el gobierno gibraltareño habilitó un registro para que estos trabajadores pudieran seguir pasando la frontera hacia el Peñón con su documento de identidad sin complicaciones.
Pero una frontera en la que se pidieran pasaportes habría afectado el turismo, una importante fuente de recursos para Gibraltar.
Las autoridades gibraltareñas temían también que se complicara la logística para la entrada de bienes, en un territorio que importa el 100% de la comida de sus 34.000 habitantes.