Lisboa. Portugal sucedió este viernes a Alemania al frente de la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, una difícil tarea en un semestre que estará marcado por la respuesta a la crisis sanitaria.
Con el desbloqueo del plan de recuperación poscovid y la conclusión in extremis del acuerdo posbrexit con el Reino Unido, la presidencia alemana terminó con varios éxitos en asuntos que eclipsan los proyectos de la presidencia portuguesa.
"La etapa siguiente no es menos exigente", advirtió, no obstante, el primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa.
"Es tiempo de pasar a la acción, de poner en el terreno las herramientas que tenemos: el plan de vacunación a escala europea y los planes de recuperación nacionales", afirmó en una columna publicada este jueves por el semanario Expresso.
En coordinación con la Comisión Europea, dirigida por la alemana Ursula von der Leyen, Lisboa deberá continuar coordinando las medidas sanitarias de los 27, que reaccionan en diferente orden a cada ola de la epidemia, a pesar de los avances realizados desde la llegada del coronavirus.
Superado el veto de Polonia y Hungría en la última cumbre de la presidencia alemana, la presidencia portuguesa abordará la puesta en marcha de un plan masivo de 750.000 millones de euros (917.000 millones de dólares) financiado con un préstamo común sin precedentes.
Primera prioridad del semestre portugués, este objetivo pasará primero por la adopción de los distintos planes nacionales de salida de la crisis que, según Lisboa, deberían promover "una recuperación económica y social impulsada por las transiciones climática y digital".
"Cumbre social" en mayo
Para "garantizar que esta doble transición sea una oportunidad para todos", Portugal organizará una "cumbre social" los días 7 y 8 de mayo en Oporto, la gran ciudad del norte del país.
Si la situación sanitaria lo permite, este encuentro presencial debe dar lugar a un compromiso de los Estados miembros para desarrollar los derechos sociales de los europeos.
A este "evento central" de la presidencia portuguesa le seguirá una cumbre UE-India, también en Oporto --que debe marcar la tercera prioridad portuguesa--, consagrada al "refuerzo de la autonomía estratégica" de la UE.
Para Lisboa, esta reunión entre jefes de Estado o de gobierno europeos y el primer ministro indio Narendra Modi demostrará la ambición de los 27 de "diversificar" a sus socios en un contexto de creciente rivalidad entre China y Estados Unidos.
La presidencia portuguesa podrá además beneficiarse de la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, menos hostil a la UE que Donald Trump. Aunque deberá enfrentarse a ello sobre todo tras la conclusión el miércoles con China de un acuerdo "de principio" muy controvertido sobre inversiones.
A su vez, deberá acompañar la implementación del acuerdo de libre comercio cerrado entre la UE y el Reino Unido para enmarcar sus relaciones comerciales tras el Brexit.
Otro tema delicado que Portugal deberá avanzar atañe al nuevo pacto sobre migración presentado por la Comisión en septiembre y que divide profundamente a los países en primera línea, como Italia, Grecia, España o Chipre, y los países hostiles a la recepción de inmigrantes, como Polonia y Hungría.