Buenos Aires. Ocurrió entre las cuatro y las cinco de la madrugada de ayer, cuando desde la marea verde que se extendía por las calles aledañas al Congreso de la nación salió una sola voz que exclamó: “¡lo logramos!”, al escuchar los resultados de la votación del Senado, que aprobó el proyecto de Ley por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, enviado por el presidente Alberto Fernández. La iniciativa fue aprobada con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, después de un debate de más de 24 horas. Es una regulación por la cual los movimientos feministas lucharon durante años en este país.
El momento histórico que esperaron en la noche de vigilia, y por el que llevaron a cabo innumerables movilizaciones, que en algunos momentos fueron difíciles y duras, llegó al fin. Los pañuelos verdes agitados eran un increíble espectáculo en la todavía oscura madrugada. Ellas estaban ahí desde hacía más de 26 horas, soportando un calor implacable de más de 30 grados, como hace poco tiempo aguantaron un frío inclemente, cuando el proyecto se aprobó en la Cámara de Diputados, para ese único grito triunfal que resonó finalmente en todo el mundo.
La expectativa era universal, como se vio en la reacción de todos los medios de comunicación que registraron el hecho de que Argentina se sumó a un grupo de 75 países donde las mujeres han logrado un paso de igualdad y mayor protección; y una vez más demostró la voluntad de este pueblo, sometido tantas veces a dictaduras, de exigir sus derechos en las calles.
“Aborto legal, seguro y gratuito es ley. A ello me comprometí que así fuera en los días de la campaña electoral. Hoy somos una sociedad que amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública. Recuperamos el valor de la palabra empeñada (un) compromiso de la política”, escribió el presidente Alberto Fernández en su cuenta de Twitter al conocer los resultados.
Para centenares de mujeres y gran cantidad de hombres, en general jóvenes, que las acompañaban, parecía increíble este momento. Se miraban azoradas, se abrazaban llorando algunas de felicidad y otras recuperando las maravillosas consignas nacidas al calor de la lucha.
De alguna manera se revivían otros momentos históricos, como la recuperación de la democracia, y su persistencia, a pesar de todo, desde 1983 hasta ahora, o aquel día de marzo de 2004, cuando en el entonces presidente Néstor Kirchner entregó la tristemente célebre Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) convertido en un centro clandestino de detención y exterminio de la dictadura a los organismos de Derechos Humanos, como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que abrieron el camino a la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
El grupo feminista De Vanguardia expresó que falta un largo camino para que sea la democracia auténtica que necesita América Latina. “Una democracia sin dependencia alguna. Una democracia verdadera. Con justicia social, soberanía económica e independencia política”, dijeron las activistas. Entre otras cosas que exigen los movimientos feministas, en luchas que proseguirán y con las que quieren dar una lección al mundo, está el combate al feminicidio con la consigna “ni una menos”.
En este caso se unieron en la iniciativa surgida de demandas históricas de las organizaciones de derechos humanos y el movimiento feminista, inscritas en normas del derecho internacional, con la decisión del gobierno de dar un paso más en el tema de igualdades y recuperaciones históricas, como manifestó la cancillería Argentina.
Por su parte, el papa Francisco reaccionó a la nueva ley aprobada en su país natal ratificando la defensa del “don de la vida” como doctrina de la Iglesia católica. Fue sereno y discreto: “todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, sostuvo. Recordó que “los cristianos bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido la vida”.
Algunos obispos argentinos, por su parte, utilizaron un tono más severo al afirmar que la nueva ley “ahondará aún más las divisiones en nuestro país”.
En decisión histórica, Argentina aprueba el aborto legal
Buenos Aires. El Senado de Argentina aprobó este miércoles la legalización del aborto hasta la semana 14 de gestación, una decisión histórica que convierte el país en uno de los pioneros de las conquistas sociales en América Latina.
Legalizan la barbarie: Brasil
Mientras en muchos lugares del mundo se celebraba la aprobación del proyecto de ley por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, afirmó que en Argentina se legalizó “la barbarie del aborto”, y rechazó que pueda existir esa posibilidad en su país donde, aseveró, seguirá “en la vanguardia del derecho a la vida y en la defensa de los indefensos”.
En la Cámara de Diputados de Paraguay, legisladoras y legisladores expesaron su rechazo a la decisión argentina con “un minuto de silencio por las miles de vidas de hermanitos argentinos que no van a nacer”, a pesar de que ese país hoy está ante la mirada del mundo por el reciente asesinato de dos niñas de 11 años a manos del ejército que intentó hacerlas pasar por “subversivas”. Actualmente hay también en curso en Paraguay una demanda por la desaparición de otra niña de 14 años, prima de las anteriores y las tres familiares de presos políticos.
Esto es lo que señalaron las mujeres argentinas, como la “inaudita hipocresía de un mundo al revés”, mientras siguen festejando haber logrado alcanzar una meta histórica, un derecho ganado en estos tiempos de pandemia e incertidumbre.