En lo que a recepción hace no se puede decir que a la editorial Vaso Roto le haya ido mal este año. Dos de sus títulos, ¡Oh!, dejad que la palabra rompa el vaso, celebratorio del décimo quinto aniversario de su colección Poesía, muestra antológica de los autores en ella publicados, y Economía de lo que no se pierde, de la laureada canadiense Anne Carson (en traducción de la principal impulsora de tal aventura editorial, Jeannette L. Clariond), han sido considerados por medios españoles como dos de los mejores libros publicados en 2020. Además, el interamericano Premio Bellas Artes a Obra Publicada, el Carlos Pellicer, fue concedido a otro de sus títulos, Enola Gay, de Luis Armenta Malpica (el buen ojo de la empresa iniciada en Monterrey se hace notar en que respecto al mismo premio repite: al correspondiente a 2019 se hizo merecedor Expediente XV, también de su catálogo, de Christian Peña). Elisa Díaz Castelo, ahora Premio Aguascalientes, tradujo en 2018 para Vasos Rotos Cielo nocturno con heridas de fuego, del vietnamita-estadunidense Ocean Vuong, trabajo también distinguido por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Y casi olvido que el multigalardonado Antonio Gamoneda, recientemente reconocido con el Premio Manuel Acuña, es otro de sus poetas.
Imposible ser justos con los más de 150 autores citados en el libro 150 de la antedicha colección, la mayoría representado con un poema y con alguna breve selección de versos de los poetas cuyo trabajo ha sido recogido en antologías del sello. Vayan al azar algunos nombres: Elsa Cross, Charles Simic, María Negroni, Myriam Moscona, Ernesto Cardenal, Alda Merini, Hugo Gutiérrez Vega, Adonis, John Berryman, José Luis Rivas, Eduardo Lizalde, Ledo Ivo, Ossip Mandelstam y Elizabeth Bishop.
En el lírico prólogo de ¡Oh!, dejad..., firmado por Jeannette L. Clariond, se lee: “Por la palabra vamos hacia un tú que está en la mano que escribe... El poeta dice lo que des / conoce. Es tarea del editor confirmar el misterio de esa revelación o intuición secreta que lo acompaña desde niño”. El libro ha sido profusamente ilustrado con obra del chileno Víctor Ramírez, uno de cuyos grabados, el de la portada, saluda al lector al apenas abrir el volumen.
“El sol en su cenit, al mediodía / prolonga la certeza del ahora”. Cecilia Balcázar.