Ciudad de México. Al cierre de 2020, en el territorio nacional se han presentado 23 frentes fríos, de los 54 pronosticados hasta mayo próximo. El número total de estos sistemas sería mayor al promedio histórico, que es de 44, de acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Durante la sesión del martes pasado del Comité Nacional de Grandes Presas, se informó que en septiembre se pronosticaron el ingreso de seis masas gélidas y tuvieron lugar cuatro; en octubre fueron seis, coincidentes con las anunciadas; en noviembre se previeron cinco y ocurrieron siete.
Se estima que los meses con mayor actividad de la temporada 2020-2021 sean diciembre –donde se esperan ocho y ya se han desarrollado seis; enero y febrero, con la previsión de nueve y siete frentes fríos, respectivamente. Para marzo y abril se pronostican cinco en cada uno y tres en mayo.
La información de la Conagua indica que en los días recientes Chihuahua, Coahuila y Durango son los estados que han registrado las más bajas temperaturas del país, con mínimas que van de -15 a -10 grados.
Los frentes fríos pueden interactuar con la humedad de ciclones tropicales y producir lluvias torrenciales. Sus efectos habituales son heladas y caída de nieve en regiones montañosas, así como rachas de viento fuertes y descensos abruptos de temperatura en la mayor parte del país, principalmente durante los últimos y primeros meses del año.
Durante la temporada invernal 2018-2019 se registraron 60 frentes fríos, a los cuales se sumaron dos ocurridos en junio y julio, es decir, fuera de temporada.
Al respecto, el Sistema Nacional de Protección Civil informó que desde noviembre se lleva a cabo un operativo preventivo con base en los informes del Servicio Meteorológico Nacional, el cual consiste en alertar a la población y a las unidades estatales de protección civil sobre un frente frío en determinado lugar.
Una vez que las autoridades han recibido el aviso, se alistan las medidas de prevención a la población, como evitar la quema de madera para calentarse y prevenir intoxicaciones. Finalmente, en coordinación con las autoridades locales, atender a la población vulnerable para llevarlos a refugios, proporcionarles comida caliente y atención médica.