Roma. El papa Francisco despojó formalmente a la Secretaría de Estado del Vaticano de sus activos financieros y propiedades inmobiliarias luego de su fallida gestión de cientos de millones de euros en donaciones e inversiones que ahora son objeto de una investigación por corrupción.
Francisco firmó una nueva ley durante el fin de semana ordenando a la Secretaría de Estado que complete la transferencia de todas sus posesiones a otra oficina del Vaticano antes del 4 de febrero.
La ley también exige que todas las donaciones al papa —el Óbolo de San Pedro, que son las donaciones de las diócesis y cristianos católicos del mundo entero al papa, así como otras donaciones que han sido administradas por la Secretaría de Estado— que sean retenidas y administradas por la oficina del Tesoro del Vaticano como fondos separados que se contabilizan en el presupuesto consolidado de la Santa Sede.
Los cambios son una respuesta a una creciente investigación penal del Vaticano sobre añejas acusaciones de mala gestión de donaciones e inversiones por parte de la Secretaría de Estado del Vaticano, que ha resultado en pérdidas de decenas de millones de euros en un momento de crisis financiera para la Santa Sede.
Francisco ya había ordenado las transferencias en agosto y siguió en noviembre al nombrar una comisión para poner en práctica los cambios. La nueva ley hace permanentes los cambios y fija una fecha firme para su ejecución.
El papa dijo que estaba haciendo los cambios para mejorar la administración, el control y la vigilancia sobre los activos de la Santa Sede y garantizar una “gestión más transparente y eficiente”.