Madrid. El delantero del FC Barcelona Leo Messi mantiene en el aire su futuro para cuando termine esta temporada, en la cual está “con ganas” después de adaptarse poco a poco a un nuevo vestuario y de aceptar su situación después de quedarse obligado y engañado por el ex presidente Josep Maria Bartomeu.
“Sí (volvería a enviar el burofax), es una manera de formalizarlo y hacerlo oficial. Yo venía diciendo al presidente los últimos seis meses que me quería ir, que me ayudara, y él ‘que no, no’. Era una forma de decir en serio que me quería ir”, dijo.
El argentino develó ayer en una entrevista a Jordi Évole en la Sexta que pasó mal el verano con su salida frustrada del Barça. “Pensé que había cumplido un ciclo, que necesitaba un cambio, necesitaba salir de todo esto. Por los líos que había en el club, por lo que se venía, sabía que este año iba a ser de transición, de gente nueva, y yo, como siempre le dije, quería seguir luchando por conseguir más títulos y sentía que era el momento del cambio. Quería irme y quería hacerlo bien”, explicó.
El capitán azulgrana señaló de nuevo a Bartomeu como culpable de que su deseo no se cumpliera. “No quiso y empezó a filtrar cosas y hacerme el malo de la película, pero estoy tranquilo. No era fácil decidir que me iba del club de mi vida, de mi ciudad. No tenía que haber sido tan drástico”, añadió.
“Estoy con ganas de pelear en serio por todo lo que tenemos por delante, ilusionado. Sé que el club está pasando por un momento muy complicado y se hace difícil todo lo que rodea”, dijo Messi.
Sin embargo, a partir del 1º de enero puede negociar con otros equipos, pues su contrato con el Barcelona vence en junio. El club informó ayer que Leo –de asueto en Argentina– se perderá el partido en la Liga española frente al Eibar mañana, mientras se recupera de una lesión de tobillo.