Berlín. La reducción del impuesto al valor agregado (IVA) en Alemania para paliar la crisis desatada por la pandemia de coronavirus no surtió el efecto esperado por las autoridades, según la Asociación de Protección al Consumidor.
“En general, hay que decir en cuanto a los 20 mil millones de euros (24 mil 400 mil millones de dólares) que esto costó al gobierno alemán durante medio año, no hay una buena relación entre esfuerzo y resultado”, dijo Klaus Müller, presidente de la Federación Alemana de Asociaciones de Consumidores (VZBV).
Asimismo, explicó que si bien es cierto que la reducción de impuestos se ha trasladado de manera justa y adecuada a los consumidores en el comercio de alimentos, por ejemplo, en las industrias hotelera y de restaurantes esto prácticamente no ha sucedido.
El presidente de la VZBV acotó que en cuanto al comercio en línea, el balance es de luces y sombras. Dijo que algunos minoristas habían subido primeramente los precios, sólo para volver a bajarlos con el nuevo tipo impositivo.
El gobierno federal decidió bajar la tasa del IVA de 19 a 16 por ciento del primero de julio al 31 de diciembre. El tipo reducido, que se aplica a muchos comestibles y bienes del consumo diario, se redujo de 7 a 5 por ciento.
Müller detalló que se suponía que esta medida estimularía la economía alemana y motivaría a los ciudadanos a adelantar las compras caras unos meses a pesar de la crisis asociada a la pandemia. Además, apuntó que este efecto de atracción ya no funcionará si la acción continúa. “Creo que hay dos palancas que han demostrado ser efectivas y mucho más baratas de implementar”.
La primera, señaló, es que el bono infantil ha proporcionado un alivio muy específico a las familias. Dijo que la segunda palanca es el precio de la electricidad: si baja, el dinero llega a todos.
Agregó que hay estudios que indican que beneficiaría especialmente a los hogares de bajos ingresos. “Hay que pensar no sólo en la economía, sino también en los consumidores”, exigió Müller.