¡El mal ejemplo cunde! El cuestionado experimento laboral, Galenos Salud, de Claudia Sheinbaum (CDMX), se extiende a Jalisco del gobernador Enrique Alfaro. No es buena noticia para los profesionales de la salud.
La Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (Lftse) –artículos 4, 5 y 6– distingue dos figuras para contratar servidores públicos con derecho a seguridad social: con nombramiento de base definitiva y de confianza.
A principios de 2020 la CDMX introdujo una nueva forma de contratación: Galenos Salud, elaborado por el subsecretario de Capital Humano, Sergio López Montesinos. Él ofrece a los profesionales de la salud acceso pleno a la seguridad social. Lamentablemente, sin disponer del nombramiento de base definitiva. Es decir, ofrece cuasibases. Ello implica demeritar sus condiciones laborales, sobre todo si se les compara con las de los trabajadores de base. Con Galenos Salud prosigue la precarización laboral de Marcelo Ebrard/Miguel Ángel Mancera y que el secretario de Salud de ambos, Armando Ahued, maquilló con “beneficios sociales parciales” usando opaca y discrecionalmente los recursos del –ya afortunadamente extinto– Seguro Popular (Julio Frenk).
Pero ahora, en el contexto del Día del Médico, el gobernador de Jalisco se comprometió exactamente a lo mismo que el de la CDMX: dar seguridad social a los trabajadores eventuales del sector salud, a partir del primero de noviembre 2020, invirtiendo para ello 27 mdp. Así, 5 mil 139 trabajadores eventuales “tendrán” seguridad social”. En 2021, agregó, se destinarán 430 mdp para “basificar” a los mil 161 profesionales con más antigüedad. Además de que, en el resto del mandato, se buscará dar cobertura de “aseguranza” y “prestaciones” a “todo” el personal médico faltante. Para 2022, mil 156 médicos obtendrán su “base”; mil 137 en 2023 y mil 168 en 2024 ( Milenio Diario, 23/10/20).
Tanto en Jalisco como en laCDMX se sigue violentando la Lftse al negar el nombramiento de base definitiva con todas las prestaciones y derechos que este documento legal otorga. A los profesionales de la salud, que durante los años del neoliberalismo fueron sistemáticamente víctimas de una clara pérdida de sus derechos de ley, con salarios diferenciados según el régimen de contratación, ahora se les ofrece el espejismo de contar con acceso pleno a la seguridad social. Ése es uno de los grandes desafíos del proceso de federalización emprendido por la 4T.
¿El contrato de Galenos Salud-CDMX puede ser un ejemplo a seguir como parece ser el caso del gobierno de Alfaro-Jalisco? Porque ofrecer sólo acceso a seguridad social con un paquete acotado e incompleto, negando el resto de los derechos laborales, constituye a todas luces preservar un tipo de contratación precaria que contradice la oferta del proceso de federalización para establecer un auténtico modelo 4T de basificación integral a los profesionales de la salud.
La 4T no debe confundir los derechos y genuinas conquistas laborales de los profesionales sanitarios con el uso corporativo que el sindicalismo hizo de esos derechos y conquistas para sólo sumar plazas de base que constituyen exclusivamente un boleto de acceso directo a todas las prestaciones que ampara la contratación colectiva sin modernizar, simultáneamente, los profesiogramas y actualizar el compromiso –de los favorecidos con la basificación– en beneficio de la atención con los usuarios y pacientes de la red sanitaria.
Hoy, afortunadamente, la reforma de la justicia laboral en curso posibilita la diversificación de las representaciones sindicales. Falta que esos cuerpos emergentes sindicales y sus propuestas de acción pongan orden en un capítulo de la relevancia de la seguridad social integral obligando, para ello, al gobierno-patrón a aplicar los artículos 6 y 15 de la Lftse. Porque ¿qué sentido tiene la creación y diversificación de nuevos sindicatos que ofrecen no cambiar nada?
El artículo 62 prescribe que “las plazas de última categoría de nueva creación o las disponibles en cada grupo, una vez corridos los escalafones respectivos con motivo de las vacantes que se den y previo estudio realizado por el titular de la dependencia, tomando en cuenta la opinión del sindicato, que justifique su ocupación, serán cubiertas en 50 por ciento libremente por los titulares y el resto por candidatos que proponga el sindicato”.
Algo es claro: en el contexto de la 4T el sindicalismo corporativo existente ha renunciado – de facto– a la defensa de los artículos 4, 6, 15 y 62 de la Lftse. La 4T no debe confundir nunca la cruda realidad laboral de los profesionales de la salud con el uso corporativo que de ella hizo el periodo neoliberal. Hoy tiene una oportunidad para actuar a fondo y no precisamente con Galenos Salud (CDMX) y las “bases” de Alfaro en Jalisco.