Desde El Salvador, Camila, de 11 años, envía un mensaje: “No hay pandemia que pueda oscurecer los colores de tu vida”, mientras desde Chile, Arturo Miguel, con cinco años, cuenta: “¿Qué ves desde tu ventana en casa? Veo el bosque tenebroso con Luna llena. Y el mar abierto en la noche, nada me da miedo, porque soy valiente y trato de ser un detective de cosas feroces”.
Son dos de los testimonios que integran el libro Niñas, niños y jóvenes en aislamiento: pensamiento y creatividad en el que participan más de 100 pequeños y adolescentes de entre tres y 18 años, convocados por el Festival Papirolas que organizó hace unos días la Universidad de Guadalajara (UdeG).
El encuentro, que se realizó de manera virtual, celebró 25 años de ser un espacio dedicado a las nuevas generaciones para compartir el arte, la cultura y la imaginación. En esta ocasión, las actividades tuvieron como hilo conductor el tema La cultura de la paz.
Mosaico de sentimientos encontrados
Más de 679 mil personas se acercaron del 11 al 15 de noviembre a las actividades propuestas por el festival, que ahora presenta la edición digital del libro que contiene una selección de los 356 mensajes que se recibieron desde Jalisco, Nayarit, Coahuila, Ciudad de México, estado de México, Baja California, Michoacán, Morelos, Chihuahua y Sonora, y de países como Estados Unidos, Canadá, Chile, El Salvador, Argentina, España y Venezuela.
“Niñas, niños y jóvenes en aislamiento: pensamiento y creatividad nace como una iniciativa para dar voz a quienes durante la pandemia padecen y enfrentan el reto importante de estar frente a nuevos modelos de socialización y aprendizaje, lo cual se suma al aislamiento, los problemas latentes de salud pública y económicos”, explicó a La Jornada Nelly Rosales, editora de la obra.
El libro, continuó, que se realizó también con el fin de conmemorar los 25 años del Festival Papirolas, muestra esos sentimientos encontrados que viven los niños en confinamiento: “Hay quienes se sienten muy encerrados, desesperados y extrañando a sus amigos, hasta los que están contentos por estar cerca de su familia, buscando cosas para aprender y desarrollar nuevas habilidades, muy enfocadas en el arte.
“Claro que descubrimos niños tristes, deprimidos y ansiosos por no poder ir a la escuela, pero la constante del libro muestra una generación resiliente y con la esperanza de que, cuando esto acabe, habrá un cambio social importante en su comunidad.”
Hasta el momento, el libro, que recién se lanzó en Internet, ha tenido más de mil 300 lecturas virtuales en 14 países. Se puede acceder a él en esta dirección: https://papirolas.udg.mx/ programa-2020/materiales-de-consulta /libro-ninas-ninos-y-jovenes-en-ais lamiento-pensamiento-y-creatividad/
Proyecto con continuidad
Como seguimiento de este proyecto, la editora informó que se realizarán acciones orientadas a contener las emociones expresadas por los participantes, las cuales serán comunicadas más adelante.
“Los niños y jóvenes están muy conscientes de lo que está ocurriendo en el mundo respecto de la pandemia; no están nada desinformados, lo cual habla de una generación más madura, aunque estén chiquitos”, destacó Rosales.
La editora detalló que se recibieron textos cortos, fotos, dibujos y pinturas. Al final, lo que se encuentra en las páginas del volumen es “mucho talento. El libro está inspirado en un ejercicio que realizamos cuando comenzó la pandemia con artistas y escritores, quienes participaron en la obra Creadores en aislamiento, donde también nos compartieron sus reflexiones acerca de este momento que vivimos.
“Ambos materiales muestran que hay cierta conexión entre las nuevas generaciones y los grandes escritores, pues al final la creatividad es un canal y un bálsamo para estos tiempos.
“Nos sorprendió y fue muy conmovedor ver la calidad de los materiales que nos llegaron, y la conciencia que niños y jóvenes tienen sobre lo que viven. Este contexto mundial nos ha hecho reconocer nuestra condición humana y que, aunque de manera distinta, estamos frente al mismo reto”, concluyó Nelly Rosales.
Es así como reconforta ver en una de las páginas del libro la gran sonrisa de Alexander, de 12 años, tras su piano, en su casa en Guadalajara, junto a sus palabras: “Alegría del alma entre notas. Este es el lugar de mi confinamiento. He vivido la pandemia entre mi piano y mi música.”