El pianista y compositor Alejandro Santoyo está convencido del poder sanador de la música. Considera que es una expresión que no sólo brinda gozo, sino también bienestar e incluso puede ayudar a curar.
A partir de esa convicción, durante estos meses de pandemia, específicamente de marzo a agosto, escribió una serie de nueve obras para piano con las que pretende “transmitir un sentimiento de serenidad y calidez”.
Ese material conforma el disco Reflections, disponible en formato digital en el sitio web del músico mexicano: http://alejandrosantoyo.com, al igual que otro álbum suyo con música navideña.
“Comparto estas melodías de piano relajantes con la esperanza de que puedan dar un momento de escape, paz y tranquilidad en el corazón en estas difíciles circunstancias”, señala el también docente, nacido en 1973.
En entrevista telefónica desde Carolina del Norte, donde reside, Alejandro Santoyo destaca la relevancia que ha tenido la música, al igual que el resto de las artes, en esta crisis sanitaria mundial, al servir como refugio y acompañamiento que han hecho más llevaderos el confinamiento, el estrés y todas las demás circunstancias que ha traído consigo el Covid-19.
Con influencias de jazz, rock y pop, detalla que sus creaciones buscan apelar de manera directa a las emociones y los sentimientos del escucha para suscitar en él un estado de calma y placidez, así como una visión más amable y armoniosa de la vida y el mundo.
De allí que, aclara, su propuesta sonora esté sustentada en un lenguaje accesible y disfrutable para todas las personas, sin que ello signifique ser condescendiente: “Lo que me importa es llegar al corazón, al alma de la gente”.
Para el autor, el arte musical es una forma de servir al prójimo. Está convencido de que “la música apropiada nos puede salvar, nos puede curar”.
Sobre los temas incluidos en Reflections, comenta que surgieron a partir de los momentos de reflexión que ha tenido en esta época de encierro, y con ellos desea invitar al escucha a hacer ese mismo ejercicio, a pensar lo que es y hay en su interior.
Son obras, agrega Santoyo, que de alguna manera representan la resiliencia de los seres humanos, condición que, a su criterio, nos salvará como humanidad.