Desde hace mucho tiempo, México ha sido el país más peligroso del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo. Este año, junto con Afganistán, fueron los países “con las cifras más significativas” de asesinatos de comunicadores, reportó el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
En su reporte anual sobre la situación de violencia que enfrentan los reporteros en el mundo, esta organización internacional con sede en Nueva York indicó que en 2020, a escala mundial, al menos 30 profesionales del periodismo perdieron la vida en el ejercicio de su profesión, y en 21 de esos casos, el asesinato se dio en represalia a sus coberturas, lo que representa un incremento en comparación con los 10 casos de asesinato que documentó en 2019.
En el caso de México, el CPJ documentó que al menos cuatro comunicadores fueron asesinados en represalia a su labor, y uno más fue ultimado mientras informaba desde la escena de un delito. Aunado a ello, la organización investiga la causa de, como mínimo, otros cuatro homicidios.
“Los periodistas mexicanos trabajan en un contexto de violencia del narcotráfico y arraigada corrupción, y el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha mostrado la voluntad política para combatir la impunidad”, pese a que en diciembre de 2018, al asumir el cargo, se comprometió a tomar medidas concretas para poner fin a la violencia contra la prensa y a la impunidad por el asesinato de periodistas.
En su informe, el CPJ agregó que dos comunicadores asesinados en 2020 contaban con medidas del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación, y en los dos casos los escoltas que se les habían asignado también murieron debido a los ataques. Esto “subraya las debilidades del mecanismo”.
También censuró que el Congreso de la Unión haya adoptado medidas para eliminar el fideicomiso federal con el cual se financian las medidas de protección del mecanismo, transfiriendo esos recursos directamente a la SG, lo cual “hace vulnerables (a los beneficiarios) a los caprichos políticos y el tráfico de influencias”.
En otra parte del informe se indicó: “López Obrador ha interactuado muy raramente con el CPJ y otras organizaciones defensoras de la libertad de prensa y de la sociedad civil, y en las conferencias de prensa que ofrece a horas tempranas de la mañana ha denigrado a los medios mexicanos, siguiendo el ejemplo del presidente estadunidense Donald Trump, una actitud que el gremio periodístico mexicano observa con preocupación por causa de los peligros que enfrenta”.
Con respecto a la situación mundial de los periodistas, Joel Simon, director ejecutivo del CPJ, apuntó: “Es alarmante que los asesinatos de periodistas hayan aumentado en más del doble en el año reciente, y esta escalada representa el incumplimiento de la comunidad internacional con su obligación de enfrentar el flagelo de la impunidad”.