Moscú. El presidente Vladimir Putin promulgó ayer modificaciones a la ley que otorga inmunidad vitalicia a los ex mandatarios de Rusia, enmiendas que amplían esas garantías y complican el procedimiento para quitar el fuero en casos de por sí excepcionales.
Por ahora los cambios benefician sólo a su siempre leal colaborador, Dimitri Medvediev, además de ser, según algunos observadores, una medida pensada por y para sí mismo cuando decida dejar el cargo.
A la fecha, se podía someter a juicio a un ex presidente por delitos que éste hubiera podido cometer en el tiempo que despachaba como jefe del Kremlin. A partir de la entrada en vigor de las modificaciones no se le podrá procesar por ningún delito penal o administrativo que haya cometido antes, durante o después de ocupar la presidencia de este país.
La inmunidad se extiende a los familiares más directos de los ex mandatarios, a quienes tampoco se podrá detener, interrogar o juzgar por ningún delito, de igual manera que quedan exentos de eventuales cateos, mientras el procedimiento para retirar el fuero presidencial se ha hecho tan complicado que es casi imposible de concretar: el Parlamento tendría que aprobar que se formule una acusación contra un ex presidente por un delito de alta traición o igualmente muy grave, luego turnar el asunto a la Suprema Corte para que dictamine si procede o no que la Corte Constitucional, a su vez, decida si hay o no elementos suficientes para retirar el fuero.
En otro orden de cosas, el gobierno de Rusia adoptó ayer sanciones contra la Unión Europea (UE) en respuesta a las represalias que este organismo tomó por el envenenamiento del líder opositor, Aleksei Navalny, que afectan a seis importantes funcionarios de los servicios secretos rusos, incluido el director del FSB (Servicio Federal de Seguridad, por sus siglas en ruso), Aleksandr Bortnikov, “bajo el pretexto de su supuesta participación en el incidente que implica al ciudadano Aleksei Navalny”.
La cancillería local comunicó a las embajadas de Alemania, Francia y Suecia, países cuyos laboratorios identificaron rastros de un agente neurotóxico del tipo Novichok en el organismo del opositor, la decisión de Rusia de “ampliar la lista de representantes de la UE a los que se prohíbe entrar al territorio de la Federación Rusa”, sin revelar a la prensa ningún nombre.
En casos como estos –y también se acaba de conocer que Rusia declaró persona non grata a dos diplomáticos de Colombia en reciprocidad por la expulsión de dos diplomáticos rusos de Bogotá por un presunto caso de espionaje–, la respuesta de Rusia es siempre simétrica.