Los Ángeles. Cuando Pedro Pascal empezó a pensar en su villano de Mujer Maravilla 1984, Max Lord, un nombre le vino a la cabeza: Gordon Gekko. ¿Quién mejor para modelar a su luchador de traje que la personificación de la codicia y la frialdad de los años 80?
Sin embargo, la directora, Patty Jenkins, tenía otra cosa en mente que el personaje de Michael Douglas en Wall Street.
“Ella me apartó de esa idea”, afirmó Pascal. “Me dijo: ‘Ese no es el polaco que buscamos’”. (Tampoco se inspiraron en Donald Trump, señalaron ambos).
Realización estresante
Fue una realización estresante para el actor chileno de 45 años, quien pensó que podría esconderse tras la superficialidad de un hombre de finanzas frío y calculador. Pero fue una decisión que terminó encantándole al final.
“Fuimos detrás de algo mucho más impredecible y expuesto”, indicó. “Lo que terminó por anclarme a él fue mucho más vulnerable de lo que hubiera sido con un tipo estilo Gordon Gekko.”
En la película, que se estrena en cines y en HBO Max en Estados Unidos el día de Navidad, Max Lord es un padre divorciado, una figura menor de la televisión y un aspirante a magnate petrolero cuya riqueza es mayormente un espejismo hasta que se adueña de una poderosa piedra que concede deseos.
“Es un inmigrante que trata de vivir a la altura de su ideal del sueño americano”, afirmó Jenkins.
Fue el productor Charles Roven, con quien trabajó en Triple frontera, quien inicialmente llamó a Pascal para decirle que la directora quería reunirse con él.
“Un tipo magnífico”
“Yo sencillamente lo amé. Me pareció un tipo magnífico y una persona muy interesante y un actor excelente”, destacó Jenkins. “Cuando me senté a pensar quién podría sacar esto adelante, simplemente supe que él podría hacerlo. Había algo sobre Pedro que yo sabía que podía dar en todos los clavos y también revelar un lado de sí mismo que no estaba segura de que él había usado antes”.
Pascal era un admirador del trabajo de Jenkins. Recordó haber visto Monster (Monster: asesina en serie) en un cine en Manhattan y esperar a que terminaran los créditos para salir de la sala porque no podía parar de llorar. También quedó conmovido con la escena de Mujer Maravilla en la Tierra de Nadie.
Entre ambas películas, Jenkins llegó a dirigirlo en un piloto que nunca fue seleccionado. Así que cuando surgió la oportunidad de volver a trabajar juntos, Pascal sabía cuál sería su respuesta.
“No me importaba lo que fuera. Todavía me cuesta hacerme a la idea de la oportunidad”, aseguró.
Sin embargo, admitió que estaba un poquito nervioso con el tema del vestuario. “No soy de esos que lucen muy bien el estilo de los años 80, en mi opinión. Sentí que me vería ridículo en ropa ancha”, sostuvo.
En la serie de Netflix Narcos, también ubicada en los años 80, Pascal incluso presionó para que su agente de la DEA usara ropa más setentera. Sin embargo, puntializó que la diseñadora de vestuario ganadora del Óscar Lindy Hemming fue una “maga en Mujer Maravilla 1984”.
Con una increíble atención al detalle, creó trajes para Max Lord que Pascal describió como “estridentes y sofisticados”, “coloridos y elegantes”, “simplemente al borde de lo detestable”.
“Era algo fascinante”, precisó.
Desde que lo contrataron para Mujer Maravilla 1984, la popularidad de Pascal ha crecido exponencialmente gracias a su papel protagónico en la serie derivada de Star Wars The Mandalorian, cuya segunda temporada acaba de terminar en Disney+. Contó que estaba en las conversaciones iniciales con el creador de la serie, Jon Favreau, justo antes de viajar a Londres a filmar Mujer Maravilla.
Aunque Max Lord y el misterioso cazarrecompensas no podrían ser más distintos, sí encuentra una similitud bastante mordaz.
“Max Lord tiene una armadura exterior con esos productos para el pelo y trajes de poder… que son una máscara para todo lo que sucede detrás, que se contradice muchísimo con el tipo de mensaje físico que representa con su persona. Se parece mucho a The Mandalorian”, concluyó.