Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson, informó ayer que todavía hay problemas en las conversaciones para alcanzar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) después del divorcio con el bloque, pero aseguró que su país prosperaría incluso sin un pacto.
“Es vital que todo el mundo entienda que Reino Unido debe ser capaz de tener control total de sus propias leyes, y también que tenemos que ser capaces de controlar nuestra pesca.
“Los términos de la OMC serían más que satisfactorios para Reino Unido. Y ciertamente podemos hacer frente a cualquier dificultad que se nos presente. No es que no queramos un acuerdo, sino que las condiciones de la OMC serían totalmente satisfactorias”, afirmó.
A menos que Johnson pueda llegar a un acuerdo comercial con la UE en los próximos 10 días, Reino Unido dejará de ser miembro informal del bloque el 31 de diciembre a las 23 horas de Londres.
Johnson mencionó que habló con el presidente francés, Emmanuel Macron, quien cumplió ayer 47 años, sobre temas fronterizos, pero no sobre el Brexit.
Un acuerdo comercial pos-Brexit aseguraría que el comercio de bienes que constituye la mitad del comercio anual entre la UE y Reino Unido, con un valor total de casi un billón de dólares, permanecería libre de aranceles y cuotas.
Gran Bretaña dice que las conversaciones están atascadas en dos temas, el llamado “terreno parejo” y la pesca, y ha dicho repetidamente que la UE tiene que ceder, o no habrá ningún acuerdo.
Por lo pronto, Downing Street hizo una importante contraoferta sobre el acceso a la pesca para las flotas de la UE en aguas británicas para romper el estancamiento de las conversaciones, lo que genera esperanzas de un acuerdo antes de Navidad, informó el diario británico The Guardian.
Luego de un difícil periodo de negociaciones, con las dos partes atrincheradas, el negociador de Reino Unido, David Frost, presentó una propuesta que puede destrabar las pláticas. De acuerdo con fuentes de la UE, la demanda británica de 60 por ciento en la reducción de la captura por valor en aguas británicas ha sido reducida a 35 por ciento, mucho más cercana a 25 por ciento que su contraparte europeo, Michel Barnier estaría preparado a aceptar.
Johnson también ha aceptado un periodo de cinco años para los nuevos arreglos, con el compromiso de la aplicación de tarifas o de prohibiciones de exportación sobre bienes donde el acceso de pesca cambie durante ese periodo.
Donde el porcentaje de la cuota sea reducida, un panel de arbitraje independiente deducirá el costo y permitirá a cualquiera de las partes recaudar tarifas sobre los bienes. También se incluirá una cláusula de terminación si la reducción en el acceso se juzga enorme, abriendo el acuerdo a una nueva negociación.
Clement Beaune, ministro de Asuntos Europeos de Francia, señaló que su país estaría atento a las propuestas de Reino Unido y externó la preocupación de París respecto de que Londres no ha hecho lo suficiente en el otro asunto clave: comprometerse en el “terreno parejo” del comercio de bienes. “Las dificultades persisten en el sector pesquero, pero no sólo ahí, así que sería un error de juicio y una estigmatización inaceptable decir que unos pocos países o unos cuantos sectores están bloqueando” un acuerdo.