Para continuar la investigación del impacto de las emisiones en la calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), las autoridades ambientales realizarán a partir del próximo año un nuevo monitoreo en la Cuenca Atmosférica de Tula, en Hidalgo.
La campaña de medición se realizará durante marzo de 2021 y se utilizarán equipos-laboratorios móviles del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado de Hidalgo y algunos otros manuales, con el fin de realizar evaluaciones en 12 puntos ubicados en los municipios de la cuenca atmosférica de Tula.
Esta área cuenta con 58 empresas locales y federales, sede de una refinería, dos plantas de generación eléctrica (una termoeléctrica convencional y una de ciclo combinado a gas natural), seis cementeras, cuatro caleras, industrias del ramo metalmecánica y química, entre otras.
Los informes oficiales señalan que la emisión de dióxido de azufre (SO2 ) y los óxidos de nitrógeno (NOx) provienen principalmente del sector de generación de energía eléctrica (conformado por dos plantas) y del sector petróleo y petroquímica, entre otras.
Los estudios previos confirman que la emisión de SO2 y NOx provienen principalmente del sector de generación de energía eléctrica (conformado por dos empresas) y del sector petróleo y petroquímica (integrado por cinco empresas en la región), todas empresas de jurisdicción federal.
En comparación con otras centrales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en todo el país, en 2018 la Central Francisco Pérez Ríos, en Tula, ocupó el primer lugar de emisiones de SO2, con una aportación de 15 por ciento de lo emitido por la empresa, superando por menos de un punto porcentual a la Central José López Portillo, en Coahuila.
Asimismo, ocupó el primer puesto de emisiones de PM2.5 (por sus siglas en inglés) que son partículas muy pequeñas provenientes de la combustión, apenas por arriba de la carboeléctrica Carbón II, también de Coahuila, según detalla el estudio Calidad del Aire en la Cuenca Atmosférica de Tula, elaborado por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came).
Erick Salas, especialista en temas energéticos, consideró que el impacto ambiental a la zona metropolitana no sólo se circunscribe a la refinería de Tula, Hidalgo, sino a la termoeléctrica de la CFE.
“La refinería, más allá de su operación, tiene que ver con obras que no se han hecho porque esta instalación industrial es incluso la más avanzada de las refinerías.
“El problema más bien pertenece a la planta de la CFE que se encuentra en las inmediaciones y la alternativa es concluir con el ducto que podría alimentar a esta planta con gas natural y no utilizar más combustóleo, que es un producto que inherentemente genera por sus propias características azufre y emisiones que son dañinas”.
Recordó que el ducto estaba en construcción pero fue puesto a consulta por la actual administración y fueron detenidas las obras.
Actualmente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales trabaja con la gerencia de protección ambiental de la CFE para diseñar las medidas y acciones que implementarán las distintas centrales generadoras, y que servirán para reducir y controlar las emisiones de contaminantes atmosféricos, con la finalidad de reducir la contribución de este sector a la mala calidad del aire y a sus efectos a la salud asociados.