Los Ángeles., El año comenzó como cualquier otro, con ceremonias de premios que culminaron con Parásitos, de Bong Joon Ho, como mejor película en los Óscar. Fue una de las últimas noches normales en Hollywood y en el mundo.
Los cines y multicines cerraron, Broadway bajó el telón, las alfombras rojas se enrollaron y las estrellas se quedaron en casa.
Pero la creatividad y el entretenimiento no se extinguieron. Las celebridades les hablaron directamente a sus fans desde sus salas y, tras el asesinato de George Floyd, se unieron para protestar en las calles en busca de cambio.
Los fotógrafos de Associated Press documentaron los cambios, usando equipos de protección individual y tomando medidas adicionales para hacer retratos. En algunas sesiones, como la de John Legend, una piscina creó una distancia segura. Para la de Norah Jones fue la ventana de su sala.
Este año será recordado por su agitación, creatividad y el espíritu resiliente que mantuvo vivo al mundo del espectáculo.