Wilmington. El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, presentó ayer a su equipo de clima y energía, que tratará de impulsar una ambiciosa agenda climática que revierte muchas políticas de Donald Trump.
Michael Regan se convertiría en el primer hombre negro en dirigir la Agencia de Protección Ambiental (EPA), si es confirmado por el Senado, y la representante Deb Haaland, como secretaria del Interior, sería la primera nativa estadunidense en el gabinete.
Biden, quien fue vicepresidente del presidente Barack Obama, recurrió a la administradora de la EPA de Obama, Gina McCarthy para que ocupe una nueva función como asesora nacional sobre el clima. La ex gobernadora de Michigan Jennifer Granholm será la secretaria de Energía de Biden si es confirmada.
“Los designados de hoy están listos el primer día, lo que es esencial porque literalmente no tenemos tiempo que perder”, dijo Biden en sesión informativa para los medios de comunicación en su estado natal, Delaware.
El demócrata, que será investido el 20 de enero, prometió hacer de la lucha contra el cambio climático una prioridad.
Sin embargo, con una mayoría exigua en la Cámara de Representantes y con el control del Senado aún indeciso, su agenda puede tener poco éxito en el Congreso y en su lugar depender de las normas de sus agencias reguladoras para promover un cambio radical.
Los grupos ecologistas han elogiado en gran medida al equipo por su experiencia y diversidad. Pero la poderosa industria de los combustibles fósiles, a la que Biden ha criticado frecuentemente, ha argumentado que debe equilibrar los esfuerzos climáticos con la preservación de empleos.
Biden quiere que Estados Unidos logre una emisión neta de gases de efecto invernadero de cero para 2050, lo que requeriría que el segundo mayor emisor del mundo transforme su economía, incluyendo el transporte, la generación de energía y la agricultura.