Bruselas. Los derechos de pesca en aguas británicas bloquearon nuevamente ayer las negociaciones para alcanzar un acuerdo comercial pos-Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea (UE), por lo que sus negociadores se citaron nuevamente este domingo con la finalidad de lograr un avance decisivo y evitar una salida caótica y costosa.
“Las divergencias siguen siendo las mismas”, indicó una fuente europea citada por la agencia Afp al interrumpirse anoche las negociaciones. Ambas partes juegan con el reloj en contra: sólo quedan 10 días para cerrar un acuerdo que evite el caos de una ruptura brutal y el regreso de aranceles y cuotas a ambos lados del canal de la Mancha.
Dos fuentes cercanas a las conversaciones consultadas por la agencia Ap señalaron que las negociaciones seguramente se extenderían hasta hoy, fecha que el Parlamento de la UE definió como plazo para dar a los legisladores el tiempo suficiente a fin de aprobar un pacto antes de que finalice el año para que entre en vigor el próximo 1° de enero.
Los eurodiputados han dicho que emitirán un voto de consentimiento el 28 de diciembre si las dos partes acuerdan los términos antes de la medianoche, lo que aumenta las apuestas para que se alcance un consenso este fin de semana.
Clément Beaune, ministro de Asuntos Europeos de Francia, indicó que la fecha límite del domingo puede pasar sin un acuerdo sobre los puntos comerciales y de seguridad pos-Brexit, reportó el diario británico The Guardian en su portal. Beaune adelantó que el gobierno francés no se apresurará a llegar a un acuerdo en las próximas 48 horas.
Una fuente del gobierno británico aseguró a la agencia de noticias Reuters que Gran Bretaña completará su salida de la UE a fin de año sin un acuerdo comercial, a menos que el bloque cambie sustancialmente de posición.
“Necesitamos llegar a un acuerdo correcto y basado en términos que respeten lo que votó el pueblo británico. Desafortunadamente, la UE todavía está luchando por obtener la flexibilidad necesaria de los estados miembros y continúa haciendo demandas que son incompatibles con nuestra independencia”, aseguró.
La pesca representa un peso económico pequeño en la relación comercial entre el Reino Unido y la UE, pero tiene una importancia política y social clave para varias naciones, en particular Francia y Países Bajos.
En el centro del debate están los 800 millones de dólares en pesca capturados cada año por las flotas europeas en aguas británicas y la duración del periodo que permitiría a los pescadores europeos adaptarse a las nuevas condiciones.
Bruselas propondría renunciar a cerca de 20 por ciento de ese monto en un periodo de siete años. Los británicos reivindican 60 por ciento en un plazo de adaptación de tres años, según fuentes europeas. “Es una cuestión de números ahora”, aseveró un diplomático europeo.
La Alianza de Pescadores Europea alertó de un acuerdo que podría significar “la muerte de gran parte de una industria que ha contribuido tanto a hacer vivir a las comunidades pesqueras de nueve estados miembros” de la UE.