Escuela, sinapsis y capacidades es un libro para leer y estudiar si se quiere transformar de fondo nuestra sociedad. Su autor, James Heckman, recibió el premio Nobel de Economía en 2000 y ha pasado los últimos años trabajando sistemáticamente en educación.
“La evidencia es abrumadora –asegura Heckman– sobre los beneficios de corto y largo plazos de la inversión en la primera infancia, a través de programas de asistencia integral y educativa en el desarrollo de niñas y niños pequeños”. Asegura el economista que, a diferencia de cualquier otra intervención de política pública, no hay déficit entre inversión y eficiencia. Sin embargo, para muchos gobernantes la infancia es una población sin fuerza electoral, la ignoran, y olvidan que es la principal potencia para el desarrollo. Se trata de un garrafal despilfarro de capital humano, pues es casi imposible revertir los daños de la desnutrición, la malnutrición y la falta de estímulo y oportunidad educativa en las edades tempranas. Los primeros años de la vida son clave para el desarrollo físico, cerebral, intelectual y afectivo. No obstante, al concluir la pandemia, más de 4.5 millones de niños no volverán a la educación básica porque –hay que subrayarlo–estaban fuera desde antes que llegara el coronavirus. Nuestra niñez sufre índices inaceptables de pobreza y abandono que tienen que cambiar si se quiere seguir hablando de desarrollo y de economía moral. “Los niños son pueblo y son pobres: primero los niños pobres”.
De 2018 a 2020 no se han promovido iniciativas de ley que puedan cambiar la realidad de la infancia, pese a que existe una Comisión Legislativa para los Derechos de los Niños y Adolescentes.
Algunos datos duros (Unicef, Inegi, Redim): uno de cada tres infantes de seis a 11 años presenta sobrepeso y obesidad. Uno de cada 10 menores de cinco años padece desnutrición crónica. Ocho de cada 10 alumnos de primaria no alcanzan los logros esperados. Seis de cada 10 niñas y niños de uno a 14 años experimentan alguna forma de violencia. Tres de cada 10 adolescentes de entre 15 y 17 años están fuera de la escuela. México ocupa el primer lugar en embarazos infantiles. Se registran en el país cuatro homicidios de niños al día y “un infierno para las niñas”. www.eluniversal.com.mx/opinion/ hector-de-mauleon/2020-un-infierno-para-las-ninas