Madrid. Una investigación sobre agua potable del grifo en Nueva York reveló que es fuente importante de microplásticos en la dieta humana.
Los contaminantes ambientales emergentes, tanto químicos como en partículas, han sido preocupación para los científicos durante muchos años. Los métodos para reducir los riesgos para la salud y el ambiente de las partículas aún están evolucionando. Las partículas micro/nanoplásticas son un contaminante ambiental que recientemente ha recibido investigación de los medios; los científicos apenas comienzan a estudiar sus potenciales daños para la salud humana y el entorno.
El doctor Scott Coffin, de la Junta de Control de Recursos Hídricos de California, Estados Unidos, presentará la primera investigación regulatoria del mundo sobre microplásticos en el agua potable, en el simposio Riesgos emergentes de los micro/nanoplásticos: perspectivas de diversos sectores, que se propone destacar el estado actual de los conocimientos asociados con la transformación física y química, la caracterización de peligros, los efectos ambientales, las implicaciones sociales y las limitaciones de las políticas.
“La estandarización de métodos para analizar microplásticos se necesita con urgencia para comparar de manera confiable los datos de diferentes estudios, afirma Coffin. En junio de 2020, se adoptó la definición reglamentaria de microplástico de California, que proporciona a las agencias reguladoras, los legisladores y los investigadores un lenguaje común para un grupo diverso de contaminantes.”
En Nueva York, los investigadores detectaron microplásticos en el agua del grifo. James McGrath, de la Universidad de Rochester, analizó muestras de agua de la ruta de casi 50 kilómetros de la instalación de producción de agua de Hemlock Lake. Su estudio usó herramientas y métodos que son más fáciles que los protocolos actuales para la captura y evaluación de microplásticos. Las herramientas de filtración de nanomembranas permiten la detección rápida de microplásticos y otros desechos.