El anuncio del cierre de establecimientos por la entrada del rojo en el semáforo sanitario hizo que las plazas comerciales se saturaran. Las largas filas aparecieron para entrar a estacionamientos, restaurantes, tiendas de ropa y tecnología, donde era difícil mantener la sana distancia.
A pesar de que los negocios trataban de mantener su aforo a 30 por ciento, en los accesos a los locales, pasillos y escaleras la gente se aglomeraba en busca de los obsequios de Navidad.
En Plaza Oasis los automovilistas ocuparon dos carriles de la avenida Miguel Ángel de Quevedo y uno más por el lado de Universidad, ya que se disputaban el ingreso al centro comercial, lo que ocasionó enfrentamientos entre conductores.
Por momentos “hasta parece que no hay pandemia ante el bullicio que se generó por las compras de último momento, pese al crecimiento en el número de enfermos por Covid-19”, comentó Diana, una madre de familia que llegó al centro comercial en compañía de dos pequeños, pues no tuvo con quien dejarlos y que al enterase que era el último día con tiendas abiertas “sólo pensé, ‘no tengo los regalos’ y salí corriendo”.
Arturo de la Torre y su familia se preparaban para un fin de semana de descanso, una vez que las clases terminaron y la próxima semana es Navidad, “pero me llegó la alerta que estábamos en semáforo rojo y mañana todos cierran. Les dije: ‘vámonos a comer’”, y acudió a la Fonda Argentina, de Plaza Acoxpa para aprovechar y hacer algunas compras, pero todo estaba lleno.
En avenida Universidad, de Miguel Ángel de Quevedo a Miguel Laurent, donde se ubican siete centros comerciales, el ingreso a ellos estaba saturado.
En Parque Delta, cientos de personas también acudieron a las tiendas para anticiparse al cierre de este sábado y realizar sus compras de Navidad y fin de año.
A menos de tres horas de su cierre, Liverpool tenía una fila de más de 80 personas para entrar, en tanto que las tiendas de H&M, Zara y Cuidado con el Perro sus aforos estaban saturados, por lo que decenas de personas esperaban en la fila a que otros clientes salieran para poder ingresar.
La misma situación se observó en negocios de tecnología y servicios de telefonía, como Samsung Store, iShop y sobre todo frente al Centro de Atención a Clientes Telcel, donde pasadas las 16 horas esperaban 20 personas.
En el Centro Comercial Buenavista las filas ocupaban todos los pasillos y las escaleras estaban repletas de gente que olvidó guardar la sana distancia.