Ciudad de México. Familiares de Gonzalo Garduño Núñez, joven secuestrado hace tres años, denunciaron la omisión de las autoridades del Estado de México y la Fiscalía General de la República (FGR) para realizar las investigaciones que permitieran dar con el paradero de su hijo y castigar a los responsables.
Indicaron que por su propia cuenta lo encontraron en el Servicio Médico Forense (SEMEFO) del estado de Hidalgo el 21 de junio de 2019, aunque en realidad estaba ya en ese lugar ocho días después de su plagio, pero las autoridades no compartieron la información y sus familiares no fueron notificados.
En un acto realizado en el muro de la memoria, instalado desde enero pasado frente a la sede de la FGR para recordar a las víctimas de desaparición con fotos en mosaicos, fue colocado el de Gonzalo. Ahí, Trinidad Núñez, madre del joven, exigió a las autoridades “que se pongan a trabajar, a investigar, porque no han hecho nada y no hay una sola línea de investigación para castigar a los responsables del secuestro, desaparición y asesinato”.
La última vez que sus padres vieron a Gonzalo fue el 10 de diciembre de 2017, luego de que saliera de su domicilio en la colonia Tablas del Pozo, en Ecatepec, Estado de México. Al día siguiente los secuestradores llamaron a la familia para exigir un pago para su liberación.
Sus padres, Jacobo Garduño y Trinidad Núñez, denunciaron el plagio ante las autoridades del Estado de México y la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) acompañó el proceso de negociación para la liberación de su hijo. Sin embargo, una vez que lograron recolectar el dinero para pagar el rescate, los delincuentes no liberaron a Gonzalo y jamás apareció.
Fue entonces cuando iniciaron la búsqueda y se unieron al colectivo Uniendo Esperanzas. Tiempo después, en junio de 2019 en una diligencia con autoridades del estado de Hidalgo, en el SEMEFO de Pachuca, al revisar el registro fotográfico de las víctimas, identificaron a su hijo Gonzalo.
Verónica Rosas Valenzuela, madre de Diego Maximiliano, adolescente también secuestrado en 2015 e integrante del colectivo, lamentó el nivel de indiferencia de las autoridades del SEMEFO: “al tener a las personas ahí, rezagadas, al no compartir la información mientras sus padres caminan casi dos años” en la búsqueda de sus familiares desaparecidos.
“Los desaparecen doblemente: primero los secuestradores y luego las autoridades que no comparten la información. El SEMEFO fue omiso. Lo encuentran el 18 de diciembre de 2017 y no compartieron la información. Una vez que se denunció el plagio se mandaron oficios con el perfil genético a 32 SEMEFOS de los estados para su localización y contestaron que no había nada. Estuvo la SEIDO acompañándolos en la negociación y no regresaron a Gonzalo”, explicó.