Saltillo, Coah. Víctima de Covid-19, el sacerdote Pedro Pantoja, de 76 años, murió en el hospital de Saltillo en donde se encontraba internado desde hace una semana. Fue fundador y líder espiritual de la casa del migrante de Saltillo, Frontera con justicia y a lo largo de su trayectoria destacó como defensor de los derechos de los obreros y de los migrantes, especialmente de origen centroamericano, que cruzan Coahuila hacia Estados Unidos.
El deceso del sacerdote católico ocurrió justo en el Día internacional de los migrantes y en su trayecto como defensor de los centroamericanos, fue víctima de amenazas por parte de grupos del crimen organizado, por sus denuncias sobre secuestros, maltratos y extorsiones.
Pantoja ingresó al hospital el sábado anterior y a mitad de semana, la casa del migrante informó que su estado de salud mejoró notoriamente y pidió a la comiunidad de la parroquia Santa Cruz, de la colonia Landín, al sur de Saltillo, en donde oficiaba misa, mantener las oraciones para su completa recuperación, pero este viernes, confirmó que hubo complicaciones en su respiración y falleció.
La incansable labor a favor de personas refugiadas y migrantes del Padre Pantoja es reconocida internacionalmente. Por ello, la @CDMSaltillo fue una parada obligada en la última visita del Alto Comisionado @FilippoGrandi
— Mark Manly (@MarkManly) December 19, 2020
En @AcnurMexico le estaremos siempre agradecidos #QEPD pic.twitter.com/DePIqf3uvJ
Recibió premios, como el Internacional de Derechos Humanos Letelier-Moffitt del Institute for Policy Studies en Washington y en febrero de 2015 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) le hizo entrega del Premio por la Igualdad y la No Discriminación 2014.
En mayo de 2012, Pantoja dijo en entrevista con La Jornada que en su travesía por México rumbo a Estados Unidos, centroamericanas de todas las edades son violentadas por miembros de organizaciones criminales, policías, militares y delincuentes comunes.
“Las mujeres migrantes padecen violencia en todo el territorio mexicano, aunque es más frecuente en la zona sur, y en buena medida se debe a la degradación social. Entre las víctimas hay niñas, adolescentes y ancianas. La edad no es factor determinante para que las mujeres sean violadas. Acabamos de tener el caso de una señora de 60 años. La finalidad de estas atrocidades no es el placer sexual, sino causar daño, violentar a las mujeres como parte de un ritual maldito del cual queremos que las centroamericanas que pasan por México se liberen”, expuso.
Pantoja acompañó al obispo Raúl Vera López en sus campañas de defensa de los derechos humanos en Coahuila, desde el año 2000.