La Rumorosa, en Baja California, es una de las formaciones montañosas más bellas de América. Debe su nombre al ruido que ocasiona el viento al chocar con las partes rocosas del lugar. En la zona hay pinturas rupestres. Ese paisaje fue alterado en 2010 con horrendas torres para generar energía eólica.
La Rumorosa se llama también el ambicioso programa editorial de la secretaría de Cultura del gobierno de Baja California. El propósito es poner al alcance de la población textos que permitan conocer más sobre una región a la que generalmente se identifica por la ciudad de Tijuana y por el golfo de Cortés, el acuario del mundo.
El programa consta de tres colecciones: autores de la entidad, los de otras partes de México y la de Arte y Patrimonio. Acaban de aparecer los primeros frutos.
En autores de la entidad, los libros Rosarito Blues, del multifacético Francisco Morales; La soledad es un espejo, Heráldica y Ludi Mortis, de la poeta Gloria Ortiz Ramírez; Cuerpos de agua, del escritor y periodista Roberto Castillo Udiarte, y Vacunas contra la poesía, antología de seis jóvenes cuentistas coordinada por Elma Correa.
En la de Arte y Patrimonio: Historia de la Antigua o Baja California, de Francisco Xavier Clavijero, y Vida de fray Junípero Sierra y Misiones de la California septentrional, de Fray Francisco Paolu.
Y uno más, lujosamente editado: California, biografía de una palabra, del historiador y explorador Carlos Lazcano Sahagún, sólida investigación que nos adentra en el nacimiento del mito California. Éste aparece en el libro de caballería Las sergas de Esplandián, publicado en 1510 por Garci Rodríguez de Montalvo, obra muy divulgada en tiempos de la Conquista y colonización de México.
Como anota Pedro Ochoa, secretario de Cultura de la entidad, y explica Jorge Ruiz Dueñas en el prólogo del libro de Lascano Sahagún, se trata de un recuento literario y geográfico para mostrarnos cómo el vocablo California viajó a través del espacio y el tiempo.
Buenos libros como los de La Rumorosa hacen más soportable la actual pandemia.
