Los Ángeles. El drama cinematográfico La madre del blues está ambientado en el Estados Unidos de la década de 1920 con fuertes divisiones raciales y fue escrito hace casi 40 años, pero tiene mucho que decir sobre la actualidad.
Protagonizada por Viola Davis como la cantante de blues Ma Rainey y el fallecido Chadwick Boseman como un trompetista apasionado, la película se estrena el viernes en Netflix en momentos en que Hollywood y Estados Unidos lidian con el racismo sistémico.
"La razón por la que (la película) resuena hoy es porque el racismo no ha sido destruido. Simplemente ha evolucionado", dijo Davis.
"No se puede pasar por 400 años de racismo sistémico y políticas y prácticas sin que esto resuene hoy en la educación, en cómo se les paga a las mujeres y a los negros y en cuán dignos se nos ve", agregó.
La madre del blues se desarrolla en un caluroso día en Chicago en 1927, durante una tensa sesión de grabación en la que la cantante con aspecto de diva se involucra en una guerra de voluntades con su representante blanco y su banda por dinero y por el control de su música.
Davis, quien ganó un Oscar como actriz de reparto en 2017 y se espera que sea nominada el año próximo, dijo que veía a Ma como una mujer liberada, "lo que significa que no era una mujer de su tiempo, porque era una mujer que sabía lo que valía sin pedir disculpas".
Adaptada de la obra de teatro Ma Rainey's Black Bottom de August Wilson, La madre del blues fue filmada en julio de 2019, un año antes de que estallaran manifestaciones callejeras en Estados Unidos para protestar contra el asesinato de personas negras a manos de la policía.
"Para mí (la película) es una conversación, ¿cómo podremos tener un futuro si no llegamos a un acuerdo y sanamos y abordamos los pecados y las cicatrices del pasado? Esa para mí es la conversación estadunidense", dijo el director George C. Wolfe.