La promoción de tratamientos milagrosos para prevenir o curar el coronavirus ha sido una constante desde el inicio de la pandemia, pero “ninguno ha demostrado científicamente la evidencia de su efectividad”.
El dióxido de cloro es uno de esos productos que se promueve en redes sociales y algunos sectores, como el del espectáculo, lo consumen y contribuyen a fomentar lo que ya es un negocio, señalaron especialistas.
Lo anterior, a pesar de que existen reportes sobre eventos adversos, como quemaduras de esófago y dolor abdominal agudo. El problema es que en México la venta del producto se ha vuelto un negocio y quienes están dentro, su único interés es ganar dinero, advirtieron.
En redes sociales circulan mensajes y videos que explican los riesgos que representa el consumo del dióxido de cloro. Uno de ellos está en Twitter, de las doctoras @ArmelleID y @majo_refent, ambas especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Explican que se trata de un gas color amarillo o amarillo-rojizo, cuyo uso reconocido es como blanqueador de papel, desinfectante y para descontaminar construcciones.
Señalan que cuando se toma vía oral, que los posibles daños son: irritación e inflamación; falla respiratoria; trastornos sanguíneo, como metahemoglobinemia, leucopenia y anemia; arritmias cardiacas; vómito y diarrea; deshidratación y falla del hígado. Cuando se inhala puede provocar la acumulación anormal de líquido en los pulmones (edema pulmonar), broncoespasmo, neumonitis química y pérdida de la vida.
Las especialistas destacan que desde abril pasado, la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, alertó que no hay evidencia científica que apoye la seguridad o eficacia del dióxido de cloro.
Tampoco las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud aconsejan su uso, porque puede ocasionar graves efectos adversos; en México, la Cofepris señaló que se desconoce la calidad de los insumos, las condiciones de fabricación, almacenamiento y distribución.
Sin embargo, hay grupos como la Coalición Mundial por la Salud y la Vida que lo promueven, y en videos dicen que ya han entregado expedientes de 216 páginas al presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Salud y la Cofepris, entre otras instancias, con la “evidencia de la no toxicidad”.