Londres. Locales de restauración y ocio volvieron a cerrar el miércoles en Londres, solo dos semanas después de que Inglaterra saliese de su segundo confinamiento, ante una disparada en los contagios de Covid-19 que llevó al gobierno a pedir prudencia durante la fiestas navideñas.
"Les pedimos que piensen detenidamente sobre los días que vienen y si pueden hacer más para protegerse a sí mismos y a los demás", dijo el primer ministro Boris Johson en una rueda de prensa televisada.
"Una Navidad más pequeña será una Navidad más segura", insistió pidiendo prudencia.
Si hasta ahora la situación era especialmente preocupante en el norte de Inglaterra, el lunes el gobierno informó de que en algunos puntos del sureste el número de infectados se está duplicado cada siete días.
Esto coincide con la aparición en esa zona de una mutación del coronavirus que el ejecutivo no pudo sin embargo asegurar si es la causante del aumento de los contagios.
Como consecuencia, Londres y partes de los condados circundantes entraron en la madrugada del miércoles en el nivel máximo de alerta, que ahora concierne a 34 millones de personas, 60% de la población de Inglaterra.
Esto implica el cierre de hoteles, bares y restaurantes -que ya sólo pueden vender comida para llevar-, locales culturales como cines, teatros y museos y centros de ocio.
Todo el que pueda hacerlo debe trabajar desde casa y evitar los viajes.
Las medidas incluyen también una limitación de los contactos: está prohibido encontrarse en lugares cerrados con personas con quienes no se conviva y las reuniones al aire libre no pueden superar las seis personas, niños incluidos.
Comercios, salones de belleza y gimnasios pueden permanecer abiertos. Y también las escuelas, aunque algunos distritos de Londres optaron por cerrarlas adelantando las vacaciones navideñas.