Ginebra. La Organización de Naciones Unidas (ONU) registró 66 matanzas en Colombia, con saldo de 255 víctimas, además del asesinato de 120 defensores de derechos humanos en 2020, por lo que pidió a las autoridades adoptar “medidas concretas para proteger a la población”.
La alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, “condena la intensificación de la violencia perpetrada por grupos no estatales, bandas criminales y otros elementos armados en Colombia, que tienen como objetivo a los campesinos, indígenas y afrocolombianos”, afirmó un comunicado de su oficina.
Según Bachelet, a ello hay que añadir el asesinato de 244 ex combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde la firma del acuerdo de paz, en 2016, entre este grupo armado y el gobierno.
“Lamentablemente, la violencia se ha trivializado en Colombia después de décadas de conflicto armado, pero nadie debería aceptarlo” como algo normal, declaró Bachelet.
Según su oficina, la comunidad indígena nasa se vio particularmente afectada con 66 de sus miembros asesinados este año.
El asesinato del líder indígena Miguel Tapí Rito el pasado día 3, obligó a unos 900 miembros de su comunidad a huir a un pueblo cercano, donde solicitaron protección al gobierno.
“Hago un llamado a las autoridades colombianas para que tomen medidas más fuertes y mucho más eficaces para proteger a la gente de esta violencia abyecta y generalizada”, sostuvo Bachelet.
En particular pidió el desmantelamiento de los grupos delictivos que tomaron el relevo de los distintos grupos paramilitares, tal como se estipula en el acuerdo de paz de 2016.
También pidió investigaciones de fondo, imparciales e independientes sobre las acusaciones de violaciones de los derechos humanos, y dijo que la fiscalía general había hecho un buen trabajo pero que debería ir más allá.