La Paz. Una silla lanzada contra el ex presidente boliviano Evo Morales durante una asamblea del Movimiento al Socialismo (MAS), celebrada en Cochabamba, bastión cocalero, dejó al descubierto los desacuerdos internos del partido para elegir a los candidatos a las elecciones regionales y municipales de marzo.
Morales dirigía el pasado lunes una reunión en el poblado de Lauca Ñ, del departamento de Chapare, para presentar a los aspirantes al gobierno de la región oriental de Santa Cruz, entre ellos su ex ministro de Gobierno, Carlos Romero.
Al grito de: “renovación” y “fuera”, más de un centenar de militantes manifestaron su rechazo al candidato y a los líderes masistas presentes, según videos publicados en redes sociales. Entonces comenzaron a lanzar objetos hacia el panel: primero una silla de plástico contra Romero y luego otra contra Morales, quien resultó con un golpe en la cabeza.
“Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados (reuniones)”, tuiteó Evo Morales.
Agregó: “tenemos problemas en algunas regiones, el MAS es el partido más grande y con la victoria en las elecciones nacionales (de octubre) hay expectativas y buscamos consensos para las candidaturas”.
Morales recorre el país para consensuar la selección de los candidatos a los comicios regionales del 7 de marzo, cuando se elegirán nueve gobernadores y más de 300 alcaldes. El MAS expulsó de toda función en su estructura a los implicados en las agresiones en Lauca Ñ.
El ex mandatario sufrió la semana pasada otro incidente similar en el poblado de Betanzos, en el departamento de Potosí, donde tuvo que ocultarse en un edificio durante unas tres horas porque campesinos del lugar desconocieron la postulación de uno de los nominados.
Orlando Careaga, empresario minero y amigo del depuesto presidente, relató a la prensa local que incluso tuvieron que “salir disfrazados” de Betanzos para evitar ser agredidos.
Tras casi 14 años en el poder, el líder indígena fue obligado a renunciar el año pasado el cargo por la cúpula militar, tras haber ganado un cuarto mandato, lo que fue rechazado por la oposición de derecha y ultraderecha, que sin pruebas alegaron fraude electoral y alentaron violentas protestas que dejaron 36 muertos.
Hace un mes, tras la victoria de Luis Arce, del MAS, en la elección presidencial, Evo Morales puso fin a un exilio que comenzó en México y continuó en Argentina, y retomó la dirección del partido.