Petróleos Mexicanos (Pemex) realizó un intercambio de valores para obtener liquidez por 95 mil 600 millones de pesos y pagar deuda de corto plazo sin aumentar su techo de endeudamiento de alrededor de 35 mil millones de pesos establecido y aprobado para este año por el Congreso.
Como parte de los esfuerzos de dar liquidez a Pemex y fortalecer su posición financiera utilizando sus propios recursos, la petrolera llevó a cabo el intercambio de títulos gubernamentales –que forman parte de sus activos– por bonos de desarrollo del gobierno federal, en distintas modalidades por un monto de 95 mil 600 millones de pesos.
En un comunicado, informó que el 19 de noviembre, mediante la colaboración conjunta entre Pemex y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se llevó a cabo un intercambio de los títulos, operación que no incrementa el saldo de la deuda pública de la empresa productiva del Estado ni tendrá impacto en la deuda neta del sector público de México.
Destacó que durante los meses más duros de la crisis, Pemex pagó en forma puntual el servicio de su deuda, mantuvo el pago a sus proveedores y contratistas y enteró sus contribuciones al gobierno federal, que con cifras preliminares a noviembre ascienden a 581 mil 401 millones de pesos.
Esta operación financiera forma parte de las acciones que Pemex tomó desde el inicio de la crisis del Covid-19 para mitigar la caída de sus ingresos, así como para no incrementar la deuda pública más allá del techo aprobado por el Congreso federal.
Basado en una planeación financiera responsable, Pemex realizó tempranos ajustes en su gasto, redujo costos y maximizó sus ingresos por ventas de productos petrolíferos, petróleo y gas.
Es importante mencionar que esta operación financiera cumple con el objetivo de uso eficiente y eficaz de los recursos, dado el entorno que se está viviendo en la industria petrolera internacional, fortalece la liquidez de la empresa y envía un claro mensaje de certidumbre sobre su viabilidad financiera.
El entorno al que se ha enfrentado Pemex es el más grave de todas las crisis anteriores de caídas de los precios internacionales de petróleo que no fueron acompañadas de caídas en las ventas de gasolinas, diésel y turbosina principalmente.
Esta combinación inédita de bajos precios y caída de ventas de petrolíferos afectó a todas las compañías petroleras en el mundo, incluyendo a Pemex.
Hasta noviembre, los ingresos de Pemex registraron caída de 410 mil 784 millones de pesos, respecto de los ingresos originalmente programados para 2020.
Este desplome de los ingresos de Pemex representó el mayor reto al que se ha enfrentado la empresa en toda su historia.