Martes 15 de diciembre de 2020. Nueva York. “Me siento esperanzada, aliviada. Siento que la cura está llegando. Espero que esto marque el comienzo del fin de una época muy dolorosa en nuestra historia. Quiero inculcar la confianza del público en que la vacuna es segura”, señaló Sandra Lindsay, enfermera que se convirtió en la primera persona en recibir la vacuna contra el Covid-19 en Estados Unidos.
El biológico le fue aplicado en el Long Island Jewish Medical Center, en Queens, uno de los primeros epicentros del brote del virus en el país, y recibió aplausos en una transmisión en vivo con el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Lindsay dijo sentirse bien tras la vacunación. “Quiero dar las gracias a todos los trabajadores de primera línea y a todos mis colegas (…) por hacer su trabajo durante esta pandemia en todo el mundo”.
Minutos después de la inyección de Lindsay, el presidente Donald Trump aseguró en un tuit: “Primera vacuna administrada. ¡Felicitaciones USA! ¡Felicitaciones Mundo!”
La vacuna, desarrollada por Pfizer y su socio alemán BioNTech, obtuvo la aprobación de uso de emergencia de los reguladores federales el viernes.
Los primeros 2.9 millones de dosis comenzaron a enviarse a los centros de distribución de todo el país el pasado domingo. Hasta ayer, el país había registrado 16 millones 420 mil 309 casos y 300 mil 240 muertes.
Hospitales en Texas, Utah y Minesota dijeron que también esperan recibir sus primeras dosis de la vacuna en algunos hospitales para ser administradas de inmediato.
“Éste es el lanzamiento de la vacuna más difícil de la historia. Sin duda habrá contratiempos, pero hemos hecho todo lo posible (…) para que todo fuera lo más fácil posible. Tengan paciencia con nosotros”, indicó el cirujano Jerome Adams a Fox News.
El esfuerzo logístico para la vacunación es muy complicado debido a la necesidad de transportar y almacenar la vacuna a menos 70 grados celsius, lo que requiere enormes cantidades de hielo seco o congeladores ultrafríos especializados.
Los trabajadores de la salud y los residentes de asilos serán los primeros en recibir las vacunas en dos dosis administradas con un intervalo de aproximadamente tres semanas.
Canadá administró sus primeras dosis de la vacuna. Cinco trabajadores de salud en Ontario estuvieron entre los primeros en recibir la vacuna en un hospital en Toronto. Anita Quidangen, una trabajadora de apoyo personal que trabajó durante la pandemia en el asilo Rekai Center, recibió la primera dosis en Ontario.
Hasta ahora van un millón 18 mil 823 decesos en el mundo y los contagios ascienden a 72 millones 690 mil 902, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Preocupación inglesa
El gobierno del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, ordenó incrementar a partir del miércoles las restricciones en varias regiones del sureste de Inglaterra tras detectarse una nueva cepa del Covid-19, indicó el ministro de Sanidad, Matt Hancock.
“En los últimos días hemos identificado una nueva variante de coronavirus que puede estar asociada a una propagación más acelerada en el sur de Inglaterra”, anunció Hancock en la Cámara de los Comunes, sin ser más dañina o invulnerable a las vacunas desarrolladas hasta la fecha.
La nueva variante es analizada por el laboratorio militar de Porton Down, en el sur de Inglaterra, y ya se dio parte a la Organización Mundial de la Salud.
Las nuevas medidas en Londres y el sureste del país supondrán el cierre de bares y restaurantes, salvo para el servicio a domicilio y para llevar, además de exigir reducir la mínimo los desplazamientos fuera de casa y evitar en la medida de lo posible aquellos que sean entre distintas zonas. Además, en lo relativo a las reuniones, se pide no superar los grupos de más de seis personas.
En más naciones se planean nuevas restricciones. Holanda dispuso un confinamiento de cinco semanas que estará vigente hasta el 19 de enero e incluye cierre de escuelas, tiendas no esenciales, museos y gimnasios. Corea sel Sur cerrará escuelas hasta el 31 de diciembre y en Turquía se decretó toque de queda de cuatro días a partir de la noche del 31 de diciembre.
Mil 800 millones de trabajadores de la salud no cuentan con suministro de agua, lo que aumenta el riesgo de infectarse por Covid-19, advirtieron la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.