
Una rueda de la fortuna, de un parque de atracciones abandonado en la ciudad de Pripyat, donde se encuentra la planta de energía nuclear de Chernobyl, cuyo cuarto reactor explotó el 26 de abril de 1986, lo que provocó la contaminación, según algunas estimaciones, hasta de tres cuartas partes de Europa. Foto Afp / Genya Savilov

Un monumento frente a la cúpula protectora construida sobre el sarcófago del cuarto reactor destruido de la central nuclear de Chernobyl. Tras el accidente, la entonces URSS, de la que formaba parte Ucrania, movilizó a decenas de miles de “liquidadores”, con medios de protección rudimentarios, para construir el llamado “sarcófago” alrededor del reactor e intentar limpiar las zonas contaminadas. Foto Afp / Genya Savilov

Una señal de radiación frente a un radar colocado sobre la construcción soviética “Duga-1”, cerca de la planta nuclear. La entonces URSS intentó ocultar el accidente, sin embargo, después reconoció su magnitud y evacuó a miles de personas. Foto Afp / Genya Savilov

Un graffiti en la pared de un edificio en la Plaza central de la ciudad de Pripyat, no lejos de la planta de energía nuclear de Chernobyl, cuya zona de exclusión tiene un radio de 30 kilómetros, parecida al tamaño de Luxemburgo. Foto Afp / Genya Savilov

Vista general de la planta de energía nuclear de Chernobyl. En Pripyat, a unos kilómetros de la central, se desaconseja formalmente entrar a los edificios residenciales debido a los riesgos de derrumbe. Foto Afp / Genya Savilov

Un automóvil abandonado en la ciudad de Pripyat. Para el ministro de Cultura ucraniano, Oleksandre Tkachenko, el legado histórico de Chernobyl no se resume en una tragedia, pues la catástrofe "obligó" a las autoridades soviéticas a "decir la verdad", "desencadenando la democratización" que se saldó con la caída de la URSS en 1991. Foto Afp / Genya Savilov

El Hotel Polissya, en Pripyat, ubicado cerca de la planta nuclear de Chernobyl. Aunque las autoridades estiman que los humanos no podrán volver a vivir con seguridad en este sitio antes de 24 mil años, la zona atrae cada vez más turistas. Foto Afp / Genya Savilov

Más de tres décadas después de que el desastre nuclear obligó a miles a evacuar, hay una afluencia de visitantes a la zona, como estos turistas que caminan en un parque de atracciones en la ciudad de Pripyat. Foto Afp / Genya Savilov

Un alce junto a una carretera de Pripyat a Chernobyl. Actualmente, la naturaleza ha reconquistado estas tierras. Las carreteras se estrechan, devoradas por hierba silvestre y las casas desaparecen bajo las zonas boscosas donde proliferan animales salvajes. Foto Afp / Genya Savilov

Una visitante toma fotos, con un celular, de los edificios abandonados en la ciudad de Pripyat. Según el ministro de cultura, el sitio podría incluso recibir hasta un millón al año. Foto Afp / Genya Savilov

Un monumento frente a la cúpula que protege el sarcófago del cuarto reactor destruido de la central nuclear de Chernobyl. El año pasado, el éxito mundial de la serie titulada “Chernobyl” creó una nueva generación de visitantes. Foto Afp / Genya Savilov

En la imagen, símbolos de la era soviética en un poste de la zona de Pripyat, cerca de la planta nuclear. Antes de las medidas de restricción por la crisis sanitaria generada por el Covid-19, el sitio obtuvo un récord de 124 mil visitas turísticas en 2019, en contraste con las 72 mil del año anterior. Foto Afp / Genya Savilov

Autos “chocadores” de un parque de diversiones abandonado cerca de Chernobyl. Foto Afp / Genya Savilov

Un escudo de Armas de la ex Unión Soviética en la parte superior de un edificio abandonado en Pripyat. Foto Afp / Genya Savilov













