En situaciones extremas y bajo condiciones económicas de incertidumbre habrá bancos que no puedan hacer frente a la crisis, que no contarán con los niveles regulatorios de solvencia mínimos y que podrían trasladar un problema de morosidad al sistema, advierte el Banco de México (BdeM) en su último reporte de estabilidad financiera.
Según los resultados de las pruebas de estrés que el banco central realiza periódicamente a las instituciones financieras, todas terminarán el año arriba de los niveles de capital mínimos requeridos, pero hay riesgos en caso que la crisis sea más profunda.
“Es importante resaltar que, en algunas de las trayectorias extremas simuladas, existen algunas instituciones bancarias que recibirían impactos que podrían no permitirles mantener niveles de capitalización por encima de los mínimos regulatorios”, detalla el organismo.
Puntualiza que los choques en las variables macrofinancieras afectan el capital y rentabilidad de los bancos mediante las trayectorias de las probabilidades de incumplimiento, además que un aumento en dichas probabilidades ocasionaría incrementos en la morosidad lo que, a su vez, “tendría efectos negativos sobre el capital de los bancos”.
“El sistema bancario en su conjunto, cuenta con niveles de capital que le permitirían hacer frente a los escenarios macrofinancieros simulados. No obstante, a nivel individual, algunas instituciones bancarias que representan un porcentaje bajo del total de activos del sistema, podrían tener dificultades para mantener los niveles mínimos de capitalización requeridos por la regulación en los escenarios de estrés planteados”, detalla el BdeM.
“La materialización de un escenario de estrés en el que los acreditados más grandes del sistema resultaran afectados, tendría impactos importantes sobre el capital de algunos bancos”, precisa.
A decir del organismo, a mediano plazo y en caso de que la recuperación económica se desacelere, la rentabilidad de la banca podría reducirse debido a las afectaciones al otorgamiento de crédito y el potencial incremento en la morosidad de la cartera.
De esta forma, considera el BdeM, la economía y el sistema financiero nacional continúan enfrentando un entorno complejo por la pandemia, por lo que ante la severidad y duración de la crisis, que ha sido más prolongada a lo inicialmente anticipado, es aún más relevante contar con un sistema financiero estable y eficiente.
“La interacción entre los distintos participantes de la economía podría verse afectada como consecuencia de los choques derivados de la pandemia, y la existencia de vulnerabilidades en el sistema podría exacerbar el impacto de los mismos”, refiere el banco central.