Las obras de restauración que se realizan desde agosto en la iglesia de Santiago Mexquititlán, Querétaro, han causado diferencias entre los pobladores: algunos las apoyan y otros exigen que se detengan porque son una “imposición”.
Luego de que integrantes de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México exigieron diálogo con el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, el funcionario se presentó al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en donde tuvo una reunión con los ocupantes del edificio.
Allí le pidieron cancelar la obra y que en lugar de ello prefieren un hospital, ambulancia y médicos, y que se tomen acciones para mitigar la pobreza en la zona.
Prieto aclaró que el INAH no tiene facultades sanitarias y que su labor es conservar el patrimonio cultural, como lo es la iglesia del poblado, la cual, les explicó, tiene daños en la torre derivados del sismo de 2017 y debe ser intervenida. Insistió en que la obra debe ser llevada a cabo por arquitectos y restauradores, pues la comunidad había planteado que ellos podían realizar las labores de reparación.
Sobre esta situación Verónica Sánchez Gutiérrez, delegada municipal de Santiago Mexquititlán, señaló en entrevista que es “incongruente que ellos demanden vivienda digna en la Ciudad de México, pero bloqueen el desarrollo en el pueblo en donde no vive la mayoría de ellos” y precisó que quienes se oponen son sólo unas “cinco familias, todo el pueblo está de acuerdo”. Remarcó que ellos no cuestionan las demandas en la Ciudad de México, por lo que tampoco deben hacerlo con las obras de restauración en el pueblo.
Narró que el lunes pasado los inconformes con las obras de restauración del templo y de la plaza de ceremonias pararon las labores, pero “con el apoyo del pueblo logramos que se reanudaran”.
Sánchez Gutiérrez, una de las nueve autoridades del poblado queretano, invitó a “los medios de comunicación para que vean cuál es la reacción de los habitantes, y qué es lo que quieren, que vengan a donde están la población y las autoridades tradicionales”.
En la reunión, Prieto les dijo que se revisaría en una junta en el pueblo qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer. “No vamos a hacer nada contra una comunidad, lo que queremos es cuidar ese templo y se hará lo que se acuerde”.
Ante ello respondieron que “no estamos pintados” y exigieron que la plática sea en el INPI.
Hoy habrá conferencia de prensa, tras la cual anunciaron que llevarán a cabo “acciones contundentes de protesta”.