Bruselas. Los líderes de la Unión Europea lograron este jueves desbloquear el presupuesto plurianual y el plan de recuperación pospandemia y abrieron una vía a la adopción de sanciones contra ciudadanos turcos, en la primera jornada de una cumbre que discutirá además la respuesta colectiva al covid-19 y el estado de las negociaciones posbrexit.
La implementación del presupuesto y el plan de recuperación, que juntos suman 1,8 billones de euros (2,1 billones de dólares), estaba bloqueada por Hungría y Polonia que se oponían a un mecanismo que vincula el acceso a los fondos de ayuda al respeto del estado de derecho.
Gracias a un intenso esfuerzo diplomático de Alemania, el controvertido mecanismo de condicionalidad se verá ahora acompañado de una declaración "explicativa" destinada a responder a las preocupaciones de húngaros y polacos.
El anuncio del acuerdo fue celebrado de inmediato por el presidente del Consejo Europeo (instancia que representa a los gobiernos de los países miembros de la UE), el belga Charles Michel, quien señaló que "ahora podemos comenzar con la implementación y reconstruir nuestras economías".
"Nuestro paquete de recuperación impulsará nuestra transición ecológica y digital", señaló el funcionario en Twitter.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que "¡Europa se mueve! 1,8 billón de euros para apoyar nuestra recuperación y construir una UE más resiliente, verde y digital".
"Se impuso el sentido común", señaló el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en Facebook. En su opinión, no es el momento de "debates políticos e ideológicos que pueden alejarnos de la acción".
Por su parte, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, celebró en Facebook que "el mecanismo de condicionalidad ha quedado limitado a criterios muy precisos".
Presión sobre Turquía
Con relación a Turquía, los líderes pidieron al Alto Representante (el jefe de la diplomacia) que prepare un informe en marzo de 2021 sobre "la evolución de la situación" y proponer, si fuera necesario, la ampliación del régimen de sanciones.
"La idea es cerrar la pinza progresivamente", dijo un diplomático europeo a AFP.
Según una copia del documento aprobado por los líderes, y distribuida por una fuente de la UE, los países "invitan" al Consejo Europeo a "adoptar listas adicionales" a la decisión del 11 de noviembre de 2019 sobre medidas restrictivas" por las acciones de Turquía en el Mediterráneo oriental.
El documento señala que Turquía "se ha empeñado en acciones unilaterales y provocaciones, y agravó su retórica contra la UE, contra países miembros de la UE y contra líderes de la Unión Europea".
Según el texto, la UE sigue interesada en desarrollar una "relación mutuamente beneficiosa" con Turquía, siempre que ese país "muestre estar dispuesto a promover una asociación genuina con la UE y sus estados miembros".
Turquía, un país aliado de la OTAN y eterno candidato a entrar a la UE, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para Bruselas por sus actividades en aguas territoriales de Chipre y Grecia, en el Mediterráneo oriental.
Esas operaciones de prospección de hidrocarburos generaron un alarmante aumento de las tensiones en el interior de la UE, al punto que varios países han reclamado que se le dé un escarmiento.
La participación de Turquía en el conflicto armado en Nagorno Karabaj también ha encendido las luces de alarma en la UE.
Brexit y cambio climático
En la cena de este jueves, Von der Leyen tenía previsto presentar a los jefes de estado y de gobierno un panorama del estado de las negociaciones con el Reino Unido para definir la relación posbrexit.
Von der Leyen mantuvo conversaciones durante tres horas el miércoles con el primer ministro británico, Boris Johnson, y ambos decidieron que la decisión final de esta interminable saga se adoptará el domingo.
Esta misma jornada, la Comisión presentó su plan de emergencia en materia de derechos pesqueros y de protección del transporte aéreo y terrestre, ante la posibilidad de no lograr un acuerdo con el Reino Unido.
Los dirigentes europeos deberían en principio ponerse de acuerdo más fácilmente sobre la necesidad de coordinación ante el covid-19 para evitar una tercera ola de contagios y organizar conjuntamente las futuras campañas de vacunación.
Por otra parte, está la siempre complicada cuestión del cambio climático: los 27 deben pronunciarse el jueves sobre su nuevo objetivo de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
La propuesta de la Comisión de reducir "al menos un 55 por ciento" con respecto a 1990, frente a un objetivo del 40 por ciento actualmente, no se cuestiona, pero sí sus modalidades.