La Habana. Un cargamento de insumos médicos con valor de unos 90 mil dólares enviados por empresarios y políticos cubanoestadunidenses para un centro estatal llegó ayer a la isla, un envío inusual en el marco de la radical política actual de Washington contra la nación caribeña.
“Es una donación del sector privado, unos amigos y yo, que la hemos hecho con todos los permisos de los Estados Unidos y de Cuba para recibirla”, dijo en entrevista telefónica con Ap el empresario Saúl Berenthal.
Más de un centenar de bultos envueltos en plástico rojo y azul arribaron al aeropuerto, donde fueron recibidos por el director del Instituto de Enfermedades Tropicales Pedro Kouri (IPK), Manuel Romero y funcionarios de la cancillería de la isla.
Mascarillas de protección, trajes de bioseguridad, batas y otros insumos médicos y sanitarios conforman la donación que contribuirá a enfrentar la epidemia del nuevo coronavirus, confirmó Berenthal.
Uno de los organizadores del envío fue Joe Garcia, el ex congresista y ex directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana, que en el pasado fue acusado por el gobierno de la isla de financiar intentos de derrocar a la revolución.
Garcia -nacido en La Florida y de padres cubanos- se mostró satisfecho de que en esta ocasión se hubieran superado los obstáculos.
“La comunidad cubanoamericana es un gran sostén de la economía a la Cuba y aunque esto no deja de ser organizado por nosotros…(es) parte de la más amplia ayuda que se manda a familiares y amigos en Cuba, como un flujo constante de los que viven en el exterior, como lo hacen casi todos los que salen de sus países de origen”, comentó García a la Ap vía telefónica desde Estados Unidos.
La Florida es uno de los lugares donde reside la mayor cantidad de emigrados cubanos, incluso algunos de línea dura que apoyaron la política del presidente saliente, Donald Trump, de asfixiar a la isla para presionar un cambio de modelo político.
Igualmente, Trump cortó cualquier tipo de cooperación o intercambio que de alguna manera llegara a una entidad estatal cubana, desde limitaciones para viajeros, operaciones de cruceros o persecución de barcos con petróleo y envío de remesas. Además, autorizó demandas para empresas, entre otros.
Garcia en cambio defendió que la donación fuera a un centro estatal --no existe la salud privada en Cuba—. “Hay personas que se pasan la vida tratando de desenterrar a los muertos y tratando de enterrar a los vivos, pero esto es un proyecto de tratar de ayudar a los necesitados”.
El doctor Romero agradeció el envío humanitario que ayudará a la estrategia cubana para luchar contra el Covid-19 y forma parte de unas 170 donaciones recibidas de muchos países y organizaciones del mundo.
Cuba logró un control relativo de la epidemia mediante un activo programa de salud de visitas casa por casa y cuarentenas obligatorias. Durante meses cerró sus vuelos comerciales y se paralizó la vida social y económica, pero desde noviembre comenzó una paulatina reapertura.
Al jueves se habían confirmado nueve mil 181 casos de Covid-19 de los cuales habían fallecido 136 personas.
Tanto García como Berenthal consideraron que la donación es un gesto que puede marcar un camino de mayor cooperación binacional como lo prometió el presidente electo Joe Biden durante su campaña.
Es una muestra “de que las cosas cuando se quieren llevar a cabo” y son para “bien del pueblo de Cuba y de los héroes médicos” se pueden conseguir, aseguró el empresario Berenthal.