Al señalar a 2018 como el más corrupto de la historia, la mayoría en la Cámara de Diputados –integrada por Morena, PT, PES y PVEM– desaprobó el informe de la cuenta pública del último año del gobierno de Enrique Peña Nieto. A los múltiples señalamientos de opacidad, discrecionalidad, excesos y desvío de recursos públicos que emitió el bando mayoritario, el PAN ni intervino, y el PRI replicó desacreditando la resolución de la Comisión de Presupuesto, plasmada en el dictamen presentado ante el pleno.
La discusión sobre el particular transitó en intervenciones que desacreditaron el manejo de los recursos públicos en el gobierno peñista. Laura Imelda Pérez (Morena), en nombre de la comisión, concluyó aduciendo que “no se cumplieron a cabalidad los objetivos de la política del gasto y los avances en los objetivos de los programas nacionales y sectoriales tuvieron un impacto marginal en beneficio de la sociedad.”
Hasta el perredista Jorge Casarrubias la emprendió contra el gobierno peñista: “las dimensiones de la opacidad de que fuimos testigos es histórica. La administración pasada incurrió y fomentó prácticas de enriquecimiento inexplicable e instauró un modus operandi de empresas fantasma y toleró la corrupción en muchos espacios que no habían sido trastocados.”
Por Movimiento Ciudadano, Mario Alberto Rodríguez, presidente de la Comisión de Vigilancia, se enfocó en reprochar los vicios en que aún incurre la Cámara de Diputados, y no aludió al problema de fondo: el señalamiento de corrupción contra el gobierno de Peña Nieto.
El coordinador del PT, Reginaldo Sandoval, sí se enfocó en el sexenio peñista: “en esta cuenta pública, sólo en esta, digamos, bajita la mano, hay un problema de 173 mil millones de pesos. ¿Dónde están?”
Por el PRI, Fernando Galindo, subsecretario de Egresos con Peña Nieto, defendió a aquel gobierno y reprochó el dictamen a discusión: “no refleja la realidad que se describe en el propio informe, tampoco los resultados tangibles que se lograron en la administración anterior.”
Conocedor de los entresijos del presupuesto público, pues él se encargaba de repartir los recursos en la negociación del gasto, reprochó al gobierno actual con cifras y aseveraciones sin documentar. “Déjenme dar algunos datos: en la pasada administración la economía creció 2.5 por ciento en promedio; ustedes, en 2019, no crecieron nada y este año la economía va a caer casi 10 por ciento. En el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto se crearon 4.1 millones de empleos formales; con ustedes se han perdido más de 750 mil plazas. En la pasada administración la población económicamente activa se incrementó en 15 millones de personas; con ustedes han salido más de 10 millones.
En respuesta a los señalamientos de un crecimiento inaudito para la Presidencia con Peña Nieto, el diputado priísta reprochó: “eso es completamente falso. Lo que pasa es que el presupuesto de la Presidencia está distribuido en dos ramos administrativos. Los mil 700 millones de la Oficina de la Presidencia y el monto restante, los recursos del Estado Mayor Presidencial. Si suman los dos es el monto que se reportó como ejercicio del gasto público.
“En ningún momento la Oficina de la Presidencia tuvo ese incremento que aquí mencionan, y por supuesto que no tuvo un gasto discrecional.”