La Paz. Un mes después de asumir la presidencia, el izquierdista Luis Arce busca sacar a Bolivia de la recesión recurriendo a viejas recetas de su mentor, el depuesto mandatario Evo Morales.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, prometió retomar la senda de Morales con una activa participación estatal en la economía.
“Vamos a reconstruir el modelo económico basado en la actividad productiva del país, en el rescate de lo comunitario; vamos a reactivar y mejorar la inversión pública retomar los proyectos de industrialización”, explicó Montenegro.
El gobierno de Arce comenzó a pagar hace unos días el “bono contra el hambre”, su primera acción para tratar de revertir la situación de muchas familias, el cual consiste en unos 144 dólares, el doble de lo otorgado por el gobierno de la ex presidenta de facto Jeanine Áñez en medio de la pandemia del Covid-19, como mecanismo para reactivar la demanda interna, el cual llegará a unos 4 millones de bolivianos e inyectará en la economía unos 587 millones de dólares hasta marzo de 2021.
Arce presentó el lunes un panorama económico desolador. “Enfrentamos un déficit fiscal muy profundo, ni siquiera visto en los tiempos de la hiperinflación en la década de los 80”, señaló el gobernante.
El déficit fiscal proyectado para 2020 supera 12 por ciento del producto interno bruto.
“Tenemos la recesión económica más profunda de la historia, incremento de la pobreza, marcada desigualdad y el aumento exponencial del endeudamiento interno y externo”, añadió el mandatario.
Aunque reconoció que la pandemia es uno de los principales causantes de la crisis, Arce también culpó a su antecesora, quien gobernó el país durante un año.
“Desmantelaron el Estado plurinacional y destrozaron el modelo económico social comunitario productivo, uno de los más exitosos de América, y definido por muchos economistas extranjeros como el modelo socialista más exitoso del mundo, denominado milagro boliviano”, afirmó Arce, quien fue titular de Economía de Morales.
La oposición a Arce afirma que el deterioro económico no comenzó con la pandemia, sino en 2014, cuando él era ministro, con un déficit fiscal de 3.4 por ciento que fue creciendo anualmente hasta 8.32 por ciento en 2018.