La crisis sanitaria provocada por la pandemia ha dejado al descubierto o acrecentado diversas problemáticas sociales, como la violencia intrafamiliar o las difíciles y complejas circunstancias en las que deben vivir las personas en las cárceles.
El primer encuentro de teatro desde la privación de la libertad Hackeando el Virus tiene como propósito reflexionar en torno a las condiciones de encierro y el quehacer artístico de personas privadas de la libertad, mediante actividades como conferencias, talleres y mesas de reflexión y una proyección de un documental.
Organizado por el Colectivo Arte Sin Frontera, a través de la residencia artística que auspicia el Centro Cultural Helénico, el encuentro se realiza a través de las plataformas de Facebook de dicho colectivo, a partir del lunes pasado y hasta el 13 de diciembre. Las actividades son de entrada libre con previa inscripción a: encuentrodeteatrolibertad@gmail.com.
Durante el encuentro participarán diversos especialistas, creadores escénicos y gestores culturales enfocados a organizar y difundir el quehacer artístico de personas en reclusión, explicaron en charla con La Jornada Antonio Zuñiga, director del Helénico, y Ángel Rubio, quien encabeza el colectivo.
La idea de este encuentro es abrir un espacio de diálogo y apren-dizaje de las prácticas escénicas en condición de encierro, así como explorar sobre cómo las artes pueden influir, de manera crítica, pedagógica y humana, sobre el mismo sistema carcelario.
Para Rubio, con la cuestión de la pandemia y el confinamiento sanitario, “se recrudeció la violencia y las desigualdades en diferentes ámbitos, y en el sistema penitenciario de reclusión no es la excepción.
“El encuentro tiene el objetivo de cuestionar, de manera crítica, cuál es el papel de los creadores escénicos como acompañantes de los procesos artísticos y emancipatorios con las personas privadas de su libertad.”
De acuerdo con Rubio, entre las cuestiones que se abordarán están: ¿por qué necesitamos un teatro con personas en reclusión?, ¿cómo se documentan esas prácticas?, ¿qué aspectos del sistema penitenciario pueden ser objeto de crítica?, ¿cómo podemos construir un mundo más equitativo desde afuera de las cárceles para evitar que se llenen los reclusorios?, y ¿saber que existen las cárceles, nos hacen sentir más seguros?
El Colectivo Arte Sin Frontera tiene 10 años trabajando con personas privadas de su libertad. Durante 2020, la agrupación llevó a cabo distintas actividades, como parte de su residencia artística en el Centro Cultural Helénico. “Un trabajo comunitario integral de formación, investigación y creación artística”, destacó Antonio Zuñiga.