Martes 8 de diciembre de 2020. Cuernavaca, Mor. En la termoeléctrica ubicada en Huexca –parte del Proyecto Integral Morelos (PIM) de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)–, cuya construcción se inició en 2012, comenzaron a hacerse pruebas el domingo, denunció la activista Teresa Castellanos Ruiz.
“Empezaron como a las 14 horas. Nos dimos cuenta por el ruido que hizo. Se escucha como un motor, un zumbido permanente, como si hubiera un avión sobre el pueblo”, dijo la integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala
El 11 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que esta planta generadora de energía eléctrica operaría a finales de año. Actualmente trabajadores de la CFE concluyen las obras del acueducto del PIM resguardados por policías federales y rodeados de vallas metálicas. La madrugada del 23 de noviembre los uniformados desalojaron los dos plantones que desde 2016 mantenían los ejidatarios opositores del proyecto.
“Cuando escuché que ya estaban haciendo sus pruebas, pensé con mucha tristeza que ya habían consumado el robo del agua a los ejidatarios de Ayala, a pesar de los 19 amparos y suspensiones de plano vigentes. El ruido acabó como a las 21 horas”, relató Castellanos Ruiz.
Recordó que el pueblo indígena de Huexca obtuvo en 2019 un amparo definitivo para que la CFE se abstenga de descargar aguas contaminadas en el río Cuautla, como se tiene previsto en el PIM, porque ello viola el derecho a un medio ambiente sano, a la salud y a la alimentación de las comunidades afectadas del oriente de Morelos.
“A pesar de nuestros amparos y de la orden de un juez, de la lucha y la resistencia que hemos dado por nueve años, nadie nos escucha. Estamos haciendo todo por la vía legal y ni caso nos hacen”, reprochó la activista.
Pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que venga a vivir dos días en Huexca para que escuche el ruido y observe la contaminación que va generar la termoeléctrica una vez que opere las 24 horas en este poblado perteneciente al municipio de Yecapixtla.
“No queremos esta termoeléctrica. Tenemos amparos a nuestro favor. ¿Por qué no escuchan? Parece que a todos les vale madre. Que se vengan para acá. Si nos va cargar la chingada, que también se los cargue a ellos”, dijo visiblemente enojada.
Teresa Castellanos recordó que en las pruebas que se realizaron en 2015 los alumnos del jardín de niños, la primaria y la telesecundaria sufrieron estrés e irritabilidad, pues el ruido no paraba ni de noche.
Ese año la planta generadora generó 110 decibeles durante el día, y entre 80 y 87 durante la noche. “Era insoportable ese ruido. La termoeléctrica nos roba nuestra paz y tranquilidad”, resaltó.