¿Dónde está la voz pública de las mujeres? Ésta es la cuestión de la que parte la joven creadora escénica Patricia Loranca para escribir su primer texto dramatúrgico, titulado Eco, con el afán de “resignificar las voces de la mujeres y revalorar su existencia en un país como México que se empeña en silenciarlas”.
Como parte del Ciclo de Teatro Emergente 2020, auspiciado por el teatro El Milagro, iniciativa que se propone dar espacio a las nuevas generaciones, Eco, con dirección de Micaela Gramajo, se estrenó el primero de diciembre y ofrecerá funciones los dos próximos martes a las 20:30 horas en el teatro El Milagro (Milán 24, colonia Juárez).
En charla con La Jornada, Loranca (Ciudad de México, 1995) explica que las mujeres de su generación no están tan acostumbradas a contribuir de manera pública en lo político, económico y social. Por fortuna, considera que cada vez más se están accediendo a esos espacios.
Sin embargo, “me cuestioné qué ha pasado con la voz de las mujeres en el ámbito público y privado a lo largo de la historia de la humanidad”.
Durante mi investigación, agregó Loranca, “me encontré con diversas respuestas de otras mujeres en la historia y en las de mi familia. Ahondé en de qué manera las mujeres en México han sido representadas o, mejor dicho, no representadas, en el ámbito político, y cómo eso afecta en la toma de decisiones, que a su vez repercuten negativamente en su vida pública y privada”.
Para articular su dramaturgia, Loranca retomó la voz de la ninfa Eco, personaje mitológico de quien salían las palabras más bellas, pero que fue condenada por los dioses a perder la voz y repetir lo que otros decían.
Otra voz es la de Casandra, quien tiene un don y una maldición: adivinar el futuro. Además de que nadie nunca va a creer lo que diga. “Resignificó el hecho en cuanto a la falta de credibilidad de la voz de las mujeres”, comentó la autora.
Una de las reflexiones que se articulan en el monólogo tiene que ver con el trabajo de la antropóloga, académica e investigadora mexicana Marcela Lagarde, destacó la novel dramaturga.
La puesta cuenta con el diseño escénico de Natalia Sedano y la asesoría dramatúrgica de Jimena Eme Vázquez.