Miguel Ángel Asturias, en su novela El señor Presidente, trazó los mecanismos del poder absoluto que son siempre los mismos: la concentración del poder en una sola mano, la adulación, el servilismo y los artilugios oscuros que los dictadores emplean para sostenerse, afirmó el escritor Sergio Ramírez durante la presentación de la edición conmemorativa de esta obra “clásica y magistral” del Nobel de Literatura guatemalteco.
Para el escritor, cuando encontramos estas figuras de los gobiernos autoritarios del siglo XXI, más allá de las ideologías, “vamos a hallar muchas conexiones y semejanzas”.
Sergio Ramírez, premio Príncipe de Asturias, colabora con uno de los seis ensayos en la edición especial que lanzan editorial Alfaguara y las Academias de la Lengua de España y de Guatemala.
El autor nicaragüense señaló que El señor Presidente, publicada en 1946 con una primera edición casi clandestina, construye un arquetipo del dictador a partir de Manuel Estrada Cabrera, quien permaneció casi 20 años en el mando supremo de Guatemala, hasta que fue derrocado por una rebelión popular en 1920.
Asturias (1899-1974) inauguró con su libro el ciclo de la novela del dictador, que cierra Tiempos recios (2019), de Mario Vargas Llosa, por el que transitaron también Augusto Roa Bastos, Gabriel García Márquez y Alejo Carpentier, entre otros. Gran parte de la literatura latinoamericana está construida alrededor de esta figura dominante del dictador, que se inició con la personalidad “enlutada, perversa, vengativa y odiosa” de Estrada.
Sus páginas fueron fruto de un proceso muy dilatado, comentó el autor de Castigo divino. Empezó a escribirla antes de su viaje a París, en 1923, y “antes de hacerla pasar por las reformas del surrealismo cuando reconoce a su patria Guatemala en la Sorbona, como le pasa mucho a los autores sudamericanos que tienen que hacer un viaje muy distante para encontrar sus raíces lejos de su tierra natal”.
El resultado “vale por la historia que representa, pero sobre todo por su lenguaje, al igual que Hombres de maíz (1949), que es una fiesta de las palabras, perspectiva desde la que el lector debe disfrutarla”.
Pilar Reyes, directora de Alfaguara, destacó que esta novela del gran predecesor del boom latinoamericano se une a la serie de ediciones conmemorativas que emprendió la editorial con la publicación en 2004 de El Quijote para editar obras emblemáticas con el fin de defender la idea del español como patria común y convertir obras canónicas en auténticos best sellers a precios populares. El resultado son más de 3 millones de ejemplares vendidos de la edición de Miguel de Cervantes, más de un millón de Cien años de soledad, de García Márquez, y 50 mil de Rayuela, de Cortázar.
La reciente edición de El señor Presidente, “obra maestra que no ha perdido vigencia, porque los totalitarismos políticos lastimosamente siguen en la conversaciones”, incorpora ensayos para conocer sobre el autor y el contexto de su obra, escritos por el también Nobel Mario Vargas Llosa, Arturo Uslar Pietri y Luis Mateo Díez, así como los especialistas Darío Villanueva, Gerald Martin, Mario Roberto Morales, Lucrecia Méndez y Anabella Acevedo. Además de un glosario que permite apreciar el habla guatemalteca, plasmada por Asturias. En España se comenzó a distribuir en librerías en septiembre pasado, en México en noviembre.