Debido a una “ejecución e interpretación machista” de la ley, muchas mujeres reciben sentencias de cárcel desproporcionadamente altas, basadas en acusaciones que reproducen estereotipos sobre los roles sociales asignados a la población femenina, resaltó la organización civil Asilegal.
Para visibilizar este fenómeno, el colectivo lanzó la campaña #SentenciaMachista, mediante la cual dio a conocer una serie de materiales gráficos y audiovisuales sobre el tema, así como testimonios alusivos.
Uno de ellos es el de Yamel, sentenciada a 16 años de prisión, acusada de homicidio calificado por haberse defendido de las agresiones de su pareja sentimental, sin que el juez tomara en cuenta el contexto de violencia de género que estaba viviendo ni que hubiera actuado en defensa propia, como su defensa argumentó legalmente.
En un video difundido por Asilegal en sus redes sociales, Yamel narra que el día de los hechos su pareja derribó con su auto el portón de la casa donde vivían, después la confrontó y “me agarró de los cabellos, me levantó de la cama y me empezó a golpear. Corrí al baño, me escondí y rompió la puerta. Me sacó del cabello, me agarró sobre el cuello y me alza. Yo estaba totalmente histérica porque me estaba faltando el aire.
“Cuando eso pasa, agarré algo, pero no supe qué, y yo le quise dar en el brazo para que me soltara y poder correr, y no fue así. Desgraciadamente le di en una arteria”, detalla Yamel.
Cuenta que, tras su sentencia, “pasaron ocho, nueve años para recibir una visita”, y sólo le fueron autorizadas tres, por lo que perdió el contacto con sus hijos, quienes estaban bajo la custodia de la familia de su ex pareja. “Yo no dejaba de escribirles, les mandaba cartas semana por semana. Jamás me rendí, para que se dieran cuenta de que yo jamás los abandoné. Siempre estuve allí, siempre”, explica la mujer en el testimonio en video que forma parte de la campaña de Asilegal.
El colectivo señaló que “la violencia por razón de género patente en esferas privadas se multiplica en magnitud y gravedad al observar que quienes dictan y ejecutan las sentencias usualmente son personas con conceptos tradicionales del papel de la mujer”.
Así, “desde el estrado de un juez conservador, un fiscal obstinado en el peor castigo o un defensor público poco preparado, las mujeres se enfrentan a un sistema de justicia que pareciera estar siempre en su contra”, lo cual se refleja en la emisión de sentencias desmesuradas y la negación de derechos básicos de las internas.