Morelia, Mich. Familiares de niños internados en el Hospital Infantil de la capital michoacana pernoctan en casas de campaña, bajo lonas o a la intemperie en el bosque Cuauhtémoc, luego de que fueron desalojados del albergue de la Secretaría de Salud del estado el 10 de noviembre.
El argumento fue que iban a fumigar y desinfectar el refugio durante tres días, pero han pasado más de tres semanas. Son unas 30 personas que prácticamente viven en el campamento sin contar siquiera con un sanitario.
La mayoría son padres y hermanos de niños que llevan entre una semana y siete meses convaleciendo en dicho nosocomio. Provienen de Ciudad Altamirano, Petacalco y Petatlán, en Guerrero, y de Uruapan, Aguililla, Apatzingán, Zamora Tangancícuaro e Hidalgo, entre otros municipios michoacanos.
En febrero pasado, José Arturo Calderón trajo a su hijo, de 16 años, al área de oncología del hospital, y por los gastos de traslados de Uruapan a Morelia, medicamentos y estudios que no puede financiar ese nosocomio, perdió su casa.
“Como no tengo donadores de sangre tengo que comprar plaquetas y otras medicinas, además de que he dejado de trabajar. Mi casa estaba en pleito con unos parientes que finalmente se quedaron con ella. He vendido prácticamente todo”, relató.
Refugio de religiosos les cobra $40 al día
Comentó que la mayoría de los usuarios son “gente pobre que viene de municipios lejanos porque sus hijos requieren atención especial. Nos faltan casas de campaña, alimentos y cobijas, pero sobre todo atención de la Secretaría de Salud”, del gobierno de Michoacán, encabezado por el perredista Silvano Aureoles.
Calderón mencionó que las autoridades estatales prestaron un inmueble al sacerdote Salvador Carrera para instalar el albergue Emaús, ubicado a dos cuadras del Hospital Infantil, “pero cobran 40 pesos diarios, que no podemos pagar”.
Explicó que les dijeron que las nuevas instalaciones del Hospital Infantil, recién inauguradas y que se ubican en la periferia de Morelia, estarán disponibles en febrero próximo, “lo que no es creíble porque faltan muchas instalaciones y equipo sólo para el área de oncología”, reprochó.
José Arturo Calderón aseguró que tampoco están concluidos el drenaje ni las instalaciones hidráulicas, “a pesar de que en la prensa se publicaron fotografías en las que se observa un hospital bien equipado y moderno”.
Francisco Gómez Juan, residente de la comunidad de Pichátaro, municipio de Tingambato, lleva cinco meses en Morelia; su hijo, de 11 años de edad, padece síndrome de Guillain-Barré. “Soy albañil, no tengo trabajo y me la paso en el campamento. Mi hijo requiere terapia para dejar la silla de ruedas y aquí seguiremos porque este lunes tiene que asistir a su tratamiento, aunque solo me quedan 100 pesos”.
Cristina Ruiz Morón, habitante del municipio de Chucándiro, lleva un mes en la casa de campaña. Su hija de seis meses está internada debido a que fue prematura y presenta complicaciones. “No hay baños y aquí en el bosque Cuauhtémoc hay por lo menos unos 30 drogadictos. Está oscuro y no hay vigilancia. Nos cuidamos entre todos”, subrayó.