De aprobarse la reforma al sistema de pensiones tal y como se está discutiendo actualmente, sin cambios profundos, sólo se “está pateando el bote”, por lo que la bomba pensionaria explotará a más tardar en 10 años, desatando un problema social sin precedente en el país, advirtió Gustavo Leal Fernández, experto en temas de seguridad social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Para el catedrático, la reforma impulsada por la iniciativa privada y el gobierno es una contradicción a los ideales de economía moral impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde su campaña, pues parece ser una “oda al individualismo”, que a lo largo de 23 años ha demostrado ser perversa y lesiva para la gran mayoría de los trabajadores.
Considera que la propuesta confirma que en el gobierno de la 4T persiste la tendencia neoliberal y prosigue desgravando la obligación patronal con sus trabajadores, vía la seguridad social redistributiva y generacionalmente intersolidaria, descargándola en un Estado que pagará crecientemente las obligaciones patronales con recursos fiscales puestos por todos para el beneficio exclusivo de unos cuantos.
La semana pasada se llevó a cabo en la Cámara de Diputados un parlamento abierto en el que representantes del gobierno, sector privado, académico y demás ofrecieron diversos puntos de vista sobre la iniciativa, como por ejemplo, Carlos Noriega, jefe de Unidad de Seguros, Pensiones y Seguridad Social de Hacienda, quien calificó la iniciativa como “política de Estado”.
El Poder Legislativo tiene hasta el 15 de este mes para integrar esas aportaciones, dictaminar la propuesta y pasarla al Pleno para ser votada.
Para Leal Fernández el parlamento abierto fue una muestra clara de falta de visión, pues deliberadamente los participantes enfocaron el debate hacia el tema del tope a las comisiones que pueden cobrar las Afore, cuando el verdadero problema del sistema radica en el fracaso del sistema de cuentas individuales y en los bajos salarios que se pagan en México a los trabajadores.
“No hay una propuesta para remodelar de fondo un sistema que no ha funcionado en 23 años, se trata sólo de medidas para posponer la bomba de tiempo. Además, el debate de las comisiones no es el centro del problema, sino los bajos salarios; con esto sigue la esencia del sistema neoliberal que no garantiza un buen retiro. La reforma va en contra de la economía moral, es neoliberalismo puro y duro”, apuntó el investigador de la UAM.
A costa del Estado, releva a patrones de sus obligaciones
Según el análisis de Leal Fernández, los cambios que se proponen al régimen pensionario del país darán muy poco sólo a algunos cuantos mexicanos, pero a diferencia de lo que asegura el gobierno, con muchos más recursos fiscales, comprometiendo simultáneamente y de raíz el tripartismo que caracteriza a la seguridad social.
“Con la iniciativa, el financiamiento de la seguridad social mexicana prosigue la ruta neoliberal de ir quedando crecientemente en la responsabilidad fiscal del Estado, relevando las obligaciones patronales con sus trabajadores”, apuntó el también catedrático.
La reforma que está en la Cámara de Diputados a la espera de ser aprobada propone incrementar de 6.5 a 15 por ciento la aportación obligatoria de los trabajadores (incremento a cargo del patrón) y en reducir las semanas de cotización necesarias para acceder a una pensión de mil 250 a sólo 650.
Dichas medidas, aseguró Leal Fernández, no son suficientes, pues aunque es cierto que así una persona que gana entre uno o dos salarios mínimos se retira con una pensión igual a lo que percibía, sigue siendo un monto “en el sótano”, porque no se ataca el verdadero problema de los salarios: “La aguja pensionaria real no se mueve ni un poco”.