Hace poco más de dos años, en agosto de 2018, el Congreso argentino debatió por primera vez la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo para legalizar el aborto. Uno de los discursos más emotivos de ese momento lo presentó el cineasta y entonces senador Fernando Pino Solanas (1936-2020).
Tras el rechazo de los legisladores a la iniciativa, el director de La hora de los hornos (1968), le mandó un mensaje a las mujeres que se habían movilizado para que se aprobara el proyecto: “No deben abandonarse a la cultura de la derrota. Si no será este año, será el próximo. Habrá ley contra viento y marea”.
El próximo 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, la iniciativa se volverá a discutir y votar en el Congreso de ese país, y casualmente el hijo de Pino Solanas, el también cineasta Juan Diego Solanas, promueve por medio de Ambulante el documental Que sea ley.
La película surgió a raíz de que Juan Solanas se enteró a principios de 2000 de la muerte de una mujer por un aborto clandestino, lo cual lo impactó, pues él creció en Francia, donde esta práctica es legal desde 1974.
Desde ese momento y hasta la fecha, el también productor, fotógrafo y guionista, decidió seguir el tema. Incluso realizó el documental Nordeste (2004), el cual aborda la historia de una madre soltera, extremadamente pobre, que quedó embarazada y decidió no tener al bebé.
En Que sea ley se pueden ver los desgarradores testimonios de las mujeres que han tenido que abortar y el sufrimiento que han pasado algunos de sus familiares al observar a sus hijas morir por el maltrato y la negligencia médica, por lo que la militancia de la marea verde ha salido a las calles a promover la ley.
“Me pareció que lo más indiscutible, absoluto e incuestionable era dar la palabra a las víctimas. ¿Quién puede decir que lo que cuenta esa víctima está mal, cuando relatan lo que les pasó en primera persona?”, señaló en entrevista con La Jornada.
Los debates en torno a la ley en 2018 duraron 24 horas, después de semanas de analizarse todas las posturas. A los minutos que siguieron al voto negativo que se dio en el Senado, Solanas tomó su cámara y salió a la calle a filmar lo que pasaba con las mujeres, agregó el también director de Upside Down (2012).
“La película trata de ser un instrumento más para convencer a gente que le incomoda el tema, que son creyentes, pero entienden que el aborto es complejo y tienen cero empatía con la realidad. La cinta es para ellos. No ataca a nadie. Es para alguien que tiene humanidad”, sostuvo Solanas.
–¿Cómo se acercó a las víctimas?
–No hubo una sola manera. Filmé a toda persona que quiso testimoniar. Empecé en Buenos Aires y luego recorrí Argentina. Me ayudaron diferentes redes, como la de Socorristas Argentinas, organización que auxilia a mujeres a interrumpir de manera voluntaria su embarazo.
“Duro, escuchar esos testimonios”
–¿Le fue difícil escuchar esos testimonios?
–Como cineasta no, porque uno se propone hacer la mejor película posible y se desapega de los hechos. Pero la verdad, que cuando se trata de historias vividas complica al ser humano. Fue muy duro escuchar esos testimonios.
–Desde que rechazaron la ley en el Congreso a la fecha, ¿qué ha cambiado en Argentina sobre el tema?
–Hubo elecciones presidenciales, se renovó un tercio de cada Cámara y el presidente electo, Alberto Fernández, anunció en su programa de gobierno que promovería la ley. La gente que votó, que fue la mayoría de argentinos, lo hizo sabiendo esto. Si bien, en 2018, el ex mandatario Mauricio Macri habilitó los debates, él estaba en contra.
–¿Qué posibilidades reales hay de que se apruebe la ley?
–En el Congreso, la media sanción de Diputados va a estar. El Senado sigue opuesto, como en 2018, pero por menos votos, y con un Presidente que va a negociar eso con los senadores que obedecen a los gobernadores. Nunca hubo tantas oportunidades de que se apruebe la ley. Hace 10 días se perdía por cinco votos. Lo que pasa es que ahí entra la dimensión de las negociaciones, probablemente algún senador ese día se enferme y no vote. En fin, ahí aparece la política.
–¿Qué papel han tenido las iglesias villeras (barrios pobres)?
–Normalmente los curas villeros son opositores al aborto. La Iglesia se opone mayoritariamente con su obsesión de la vida cueste lo que cueste. Ahora, lo que sí quise mostrar en el documental fue el testimonio de una de las organizaciones latinoamericanas que más ha ayudado en la promoción de la ley, Católicas por el Derecho a Decidir, que nos enseñaron que no por ser católicos debes estar en contra de la ley.