Ciudad de México. La producción de rosas es un proceso largo de hasta 15 meses y costoso comparado con el precio que se obtiene, señaló Isabel León, productora de Atlixco, Puebla.
“Es un proceso largo y laborioso y una inversión fuerte, la cual peligra en esta temporada en la que se han cancelado las festividades a la Virgen de Guadalupe, una de las fechas en donde más comercializa esta flor que ahora por la pandemia de Covid-19, presenta precios castigados si se considera la inversión involucrada. Producir un rosal cuesta entre 7 y 8 pesos, en tanto los precios de venta van de 9 a 12 pesos”.
Entrevistada por La Jornada, en Atlixco, localidad conocida por su producción de ornamentales, actividad organizada por las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Secretaría de Desarrollo Rural del gobierno de Puebla (SDR), León indico que el Día de la Madre y el de la Guadalupana son las mejores fechas para la venta de dicha flor, y recordó que debido al coronavirus, el 10 de mayo pasado la venta cayó 60 por ciento.
“Como productor, el temor es que no haya la suficiente demanda para recuperar los gastos. Se van a suspender las conmemoraciones masivas a la Guadalupana, pero tenemos confianza en que sí vaya saliendo el producto.
“Atlixco es uno de los fuertes productores de rosas, es uno de los más importantes. De aquí distribuimos a todo el país: norte, centro, sureste, y la ventaja de nuestra producción de rosal es que, si se la llevan tanto a clima caluroso como frío, aguanta perfectamente”.
Comentó que “de lo que se planta, 80 por ciento de la producción se logra colocar en el mercado por esta fecha. Todo el año se produce el rosal, pero las temporadas fuertes son 10 de mayo y 12 de diciembre”.
Datos de la Sader indican que tras tres años de cosecha creciente, en 2019 la rosa redujo su producción uno por ciento.